La alimentación del paciente diabético
Las recomendaciones dietéticas orientadas a los pacientes con diabetes, han cambiado en la medida en que han avanzado los estudios sobre la enfermedad. Hoy en día las dietas que orientan los especialistas no contienen tantas prohibiciones, por el contrario, promueven el consumo de una alimentación variada, equilibrada, agradable al paladar, moderada en calorías, y que por supuesto, tenga en cuenta algunas consideraciones más, con el fin de mantener los niveles de glucosa estables dentro de los parámetros requeridos, para preservación de un buen estado de salud.
Objetivos nutricionales en los pacientes con diabetes mellitus
Proporcionar una dieta variada, saludable y equilibrada, teniendo en cuenta el tipo de diabetes, la edad, el sexo, el peso, el nivel de actividad física, la presencia de otros factores de riesgo u otras enfermedades asociadas, y las preferencias del paciente, entre otros.
Reducir las fluctuaciones de la glucemia. Evitar la hiperglucemia o hipoglucemia. Mantener un peso adecuado. Si hay sobrepeso u obesidad, perder el 10% del peso actual, para mejorar el control de la diabetes:
- Normalizar los niveles adecuados de lípidos en sangre y de tensión arterial.
- Impedir o retrasar las complicaciones vasculares.
- Contribuir con el mejoramiento de la calidad de vida.
Estrategias para la nutrición de pacientes con diabetes mellitus tipo 1
Lograr la puntualidad y la constancia diarias en el número de comidas, la hora y la cantidad de alimento ingerido en cada comida, requisito imprescindible para quienes requieren de un control riguroso de la dieta y del tratamiento con insulina para controlar el nivel de glucosa en sangre.
Se deben realizar revisiones seriadas de sus glucemias y adecuar la dosis de insulina, teniendo en cuenta la cantidad de alimentos que suelen consumir y que requieren.
No se pueden realizar transgresiones de la dieta, y cuando ocurran por error u otra causa excepcional, el paciente o cuidador debe ser capaz de ajustar la dosis de insulina, para compensar la infracción.
Estrategias para la nutrición de pacientes con diabetes mellitus tipo 2
La dieta del paciente que padece diabetes mellitus tipo 2, tiene como objetivo principal reducir el riesgo cardiovascular, contribuyendo al mantenimiento de los niveles de glucosa y lípidos en sangre. Además, si hay sobrepeso u obesidad, reducir el peso corporal.
Es importante reducir moderadamente las ingestas calóricas (entre 250 y 500 kilocalorías menos que la ingesta diaria promedio). Reducir las ingestas de grasas, especialmente las grasas saturadas y grasas trans. (Grasas de las carnes, mantequilla, margarina y aceites de coco y palma).
Distribuir las ingestas de nutrientes a lo largo de todo el día. Cuando no se obtienen los resultados esperados, es imprescindible el uso de fármacos orales y/o insulina.
Ingestas de nutrientes recomendadas
Necesidades de energías: Las calorías aportadas por la dieta deben garantizar la estabilidad del peso corporal adecuado. Las cantidades a ingerir están en dependencia del tipo de diabetes, la edad, el sexo, la talla, el peso, el nivel de actividad física y la presencia de otros factores de riesgo u otras enfermedades asociadas.
De manera general se estima que los diabéticos adultos, que no padecen enfermedades asociadas, deben ingerir alrededor de 25 kcal/kg/día (kilocalorías por kilogramos de peso, diarias).
En pacientes con sobrepeso u obesidad se debe pautar dieta y ejercicio, con el fin de originar un déficit energético de 500 kcal/día, para conseguir una pérdida de 0,5 a 1 kilogramo de peso a la semana.
Una reducción de un 5 a un 10% del peso corporal, contribuye con el mejoramiento del control metabólico, reduciendo la resistencia a la insulina, mejorando el control glucémico y la presión arterial. Nunca se deben realizar dietas con muy bajo contenido calórico.
La distribución calórica entre los diferentes nutrientes es la siguiente:
- Hidratos de carbono: deben aportar entre el 50 y el 60% del total de las calorías.
- Grasas: deben aportar entre el 25 y el 30% del total de las calorías.
- Proteinas: deben aportar entre el 12 y el 15% del total de las calorías.
- El aporte calórico debe ser distribuido a lo largo del día, en cinco o seis tomas, prestando especial atención al desayuno completo, respetando el apetito y ajustando las dosis de insulina, en los casos que se requieran.
- El control periódico del peso corporal, permite valorar si los niveles de ingestas calóricas son los adecuados.
Necesidades de hidratos de carbono: Los hidratos de carbono son la principal fuente de energía del organismo, estos deben aportar entre el 50 y el 60% del total de la energía aportada por la dieta. Por ello constituyen el nutriente que más atención se le debe prestar en la alimentación, con el fin de prevenir o controlar la diabetes.
Dependiendo del tipo de hidrato de carbono que contenga el alimento, será más rápida su asimilación, producirá mayor o menor sensación de saciedad, y serán más o menos beneficiosos para el tratamiento de la diabetes. Los hidratos de carbono se pueden clasificar según su estructura quimica en dos grandes grupos:
- Hidratos de carbonos simples.
- Hidratos de carbono complejos.
Hidratos de carbonos simples: estos pueden clasificarse a su vez en dos grupos: los monosacáridos (glucosa, fructosa, galactosa) y los disacáridos (sacarosa, maltosa y lactosa). Los alimentos ricos en carbohidratos simples son: el azúcar de mesa, golosinas, bollerías, pastelerías, chocolates y bebidas refrescantes. Estos alimentos tardan menos tiempo en pasar a la sangre después de ser ingeridos, por lo que resultan menos saludables que los carbohidratos complejos.
Hidratos de carbono complejos: integran este grupo los polisacáridos o hidratos de carbono de cadena larga. El más abundante en los alimentos es el almidón. La fibra dietética, contenida en alimentos de origen vegetal, también está formada por polisacáridos que no son digeribles por el organismo, pero reportan importantes beneficios a la salud y especialmente al tratamiento de la diabetes.
Los alimentos ricos en carbohidratos complejos son: las legumbres, los cereales integrales, las patatas, las hortalizas y las verduras, estos alimentos tardan mayor tiempo en pasar a la sangre después de ser ingeridos, por lo que resultan más saludables que los carbohidratos simples.
Para garantizar el aporte requerido de carbohidratos, sin provocar el incremento repentino de los niveles de azúcar, debemos seleccionar aquellos que requieran una digestión más prolongada, con una absorción más lenta y por tanto produzcan menores oscilaciones glucémicas. De manera general, los alimentos que reúnen esos requisitos son los ricos en hidratos de carbono complejo.
Para conocer cómo elevan la glucemia cada uno de los alimentos existen dos índices:
- índice glucémico (ig).
- Carga glucémica (cg).
índice glucémico (ig): es la capacidad que tienen los alimentos de elevar los niveles de la glucosa después de una ingesta. Los alimentos con un ig alto, elevan los niveles de glucosa más rápidamente que los alimentos con un ig medio o bajo.
Carga glucémica (cg): la carga glucémica permite conocer como una determinada cantidad de alimento influye en nuestros niveles de glucosa. Este parámetro, resulta más práctico que el índice glucémico, ya que nos permite conocer la cantidad exacta de alimento que debemos consumir para mantener estables los niveles de glucosa.
Existen tablas donde se especifican los índices glucémicos de los diferentes alimentos, y la carga glucémica calculada para distintas raciones de un mismo alimento, permitiéndonos realizar una selección adecuada del alimento y la cantidad en dependencia de las indicaciones médicas.
Se recomienda a la población diabética seleccionar los alimentos con índice glucémico bajo, y controlar los niveles de glucemia antes y después de la ingesta, para tener una idea aproximada, de cómo determinados alimentos modifican su nivel glucémico, contribuyendo al incremento de la autorresponsabilidad en el tratamiento de la diabetes y al mejoramiento de su salud.
Necesidades de grasas: Las grasas en la alimentación contribuyen con la digestibilidad y palatabilidad de los alimentos, su principal función es el aporte energético. Además, desempeñan funciones estructurales en la formación de membranas, y participan en la síntesis de neurotransmisores:
- Las grasas deben aportar a la dieta del diabético entre un 25 y un 30% del total de la energía. Estas no modifican la glucemia, pero favorecen la obesidad, la hiperlipidemia y el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
- Se indica que el aporte total de lípidos se obtenga de los diferentes tipos de grasas, en las siguientes proporciones.
- Entre un 15 y un 20% de ácidos grasos monoinsaturados, procedentes principalmente del aceite de oliva. Se ha demostrado que este tipo de grasas protege de las complicaciones cardiovasculares provocadas por la diabetes.
- Entre un 7% y un 8% de ácidos grasos saturados, procedentes de la leche entera, la mantequilla, las carnes grasas y alimentos procesados industrialmente, etc.
- Entre un 7% y un 8% de ácidos grasos poliinsaturados, procedentes principalmente de los pescados azules, los frutos secos y los aceites de semillas, como el de girasol, maíz y soja.
Para garantizar que el aporte total de grasas favorezca el tratamiento de la diabetes, se deben seguir las siguientes recomendaciones. Potenciar el consumo de aceite de oliva, girasol o nueces, teniendo en cuenta que garantizan un buen perfil graso, pero son alimentos muy calóricos, por lo que sus ingestas deben estar también limitadas.
Reducir el consumo de grasa animal, realizando las siguientes modificaciones:
- Sustituyendo el consumo de carne roja por la carne de aves o pescado.
- Consumir leche y quesos desnatados.
- Evitar el consumo de mantequillas y margarinas.
- Evitar el consumo de carnes procesadas (jamón, chorizo, etc.).
- Reducir el consumo de huevos a tres o cuatro semanales.
Necesidades de proteínas: Las proteínas son el constituyente principal de las células, necesarias para el crecimiento, la reparación y renovación de los tejidos corporales sometidos al continuo desgaste. Asimismo suministran materias primas para la formación de los jugos digestivos, hormonas, proteínas del plasma, hemoglobina, vitaminas y enzimas. Pueden utilizarse para suministrar energía, cuando los hidratos de carbono y las grasas no aportan la necesaria.
Las proteínas deben aportar a la dieta del diabético entre un 12 y un 15% del total de la energía. Se les recomienda a los diabéticos ingestas entre 0,8 y 1 gramo por kilogramo de peso al día. Este valor debe ser de 0,8 gramos si el paciente sufre nefropatia.
Los alimentos más adecuados como fuente de proteínas en el paciente diabético son: las carnes de pollo, pavo y de conejo, los pescados, los huevos, los productos lácteos descremados, los cereales y las legumbres. Se deben emplear formas de cocinado que no proporcionen mucha grasa, como al horno, asado, vapor y estofado.Necesidades de vitaminas y minerales: Las vitaminas y minerales, son elementos imprescindibles para el mantenimiento de las funciones de los órganos y tejidos que integran el organismo. Además, contribuyen a la prevención de ciertas enfermedades degenerativas, como algunos tipos de cáncer y padecimientos cardiovasculares.
Aunque no existen evidencias de que los diabéticos necesiten un aporte mayor de vitaminas y minerales que la población sana, resulta imprescindible que consuman una dieta muy variada, para garantizar las ingestas necesarias de vitaminas, minerales y otras sustancias antioxidantes, imprescindibles para lograr un control metabólico adecuado, y protegerlos del estrés oxidativo que padecen.Contenido de sodio (sal común) en la dieta: para muchas personas los alimentos con excesos de sal incrementan el riesgo de hipertensión arterial, provocando otros trastornos de salud relacionados con la diabetes. Los aportes máximos recomendados varían entre 2,4 y 3 gramos de sal diarios en diabéticos que no padecen otras complicaciones. Los diabéticos que padecen hipertensión arterial menos de 2,4 gramos diarios, y los que padecen nefropatia e hipertensión arterial menos de 2 gramos diarios.Necesidades de agua en el paciente diabético: El agua es el principal componente del organismo humano, representando el 60% del total del peso corporal. Interviene en el proceso de digestión y de excreción, protege las articulaciones, transporta nutrientes y elimina sustancias de desecho, además regula la temperatura corporal.
Para lograr una correcta hidratación, los diabéticos deben tomar alrededor de 2,5 litros diarios de agua. No se recomienda el consumo de zumos o jugos de frutas, ya que estos provocarían en incremento de los nivele
alimentacion paciente diabetico