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Alimentación de niños raquiticos y obesos

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Alimentación de niños raquiticos y obesos


La cantidad de alimentos que se debe brindar a los niños y las niñas, es una de las preocupaciones más frecuentes de los padres y personas encargadas de su alimentación. Esta inquietud muy positiva para el adecuado desarrollo de los infantes, puede en ocasiones, resultar exagerada y provocar la aparición de hábitos inadecuados que provoquen la ingestión excesiva o insuficiente de comida, no acorde con los requerimientos reales.

La obesidad y el raquitismo pueden aparecer también, por el padecimiento de enfermedades crónicas, que incrementen los riesgos de presentar distintos grados de desnutrición o sobrepeso a lo largo de su desarrollo.

Por el papel que juega la alimentación en el correcto desarrollo del organismo y en el tratamiento de enfermedades, los niños deben ser objeto de una atenta valoración nutricional diaria, por parte de los padres, auxiliada de la correcta evaluación periódica del pediatra.

Alimentación de los niños y niñas con déficit de peso

Factores que pueden provocar déficit de peso en la infancia.

Factores ambientales:

  • Padres o cuidadores despreocupados, que dejan durante las comidas solos a los pequeños, sin la atención adecuada.
  • Cambios frecuentes de maestros, cuidadores o tutores encargados de velar por la alimentación de los pequeños.
  • Establecer horarios rígidos para la alimentación durante los primeros cuatro meses de vida. Durante esta etapa los pequeños manifiestan hambre, con un patrón entre las dos horas y medias y cuatro horas, este puede variar entre diferentes lactantes, e incluso en un mismo niño a lo largo de su desarrollo. Fijar horarios sin tener en cuenta la demanda del niño, podría someter a los bebes a un régimen alimentario que no cubra sus necesidades, provocando desnutrición.
  • Ambientes inadecuados para efectuar las comidas como los siguientes:
  • Falta de ventilación, iluminación o higiene.
  • Distracciones por la televisión u otros medios audiovisuales que no permitan el ambiente relajado y tranquilo.
  • La presencia de otras personas realizando otras actividades.

Factores orgánicos:

  • Alteración motriz de la deglución. Esta dificultad conocida como disfagia, se produce generalmente secundaria a otra condición, como pueden ser las afecciones del sistema nervioso.
  • Enfermedad neurológica.
  • Enfermedad gastrointestinal.
  • Retraso en la introducción de algunos alimentos por sufrir alguna patología.
  • Poco apetito intrínseco.

Incorrecta relación de los padres o el cuidador con los pequeños:

  • Padres o tutores que fuerzan con agresividad a los niños y niñas para que se coman toda la comida.
  • Padres o tutores intolerantes que con frecuencia regañan cuando el niño se ensucia, toca la comida, no tiene buenos modales o se entretiene. Retrasos del desarrollo.

¿Cómo actuar ante la negativa del niño a comer?

  • No forzar al niño a comer haciéndole mimos, payasadas, prometiéndole recompensas o amenazándolos con castigos.
  • No prolongar las comidas más de media hora.
  • No ofrecer nuevamente el plato una hora después, provocando la disminución del apetito en la próxima comida.
  • No preparar otro alimento o plato en lugar del que rechaza, se sebe retirar el que rehúsa y esperar unos días para volver a servirlo, repetir el plato otras veces, siempre después de pasados unos días, hasta que lo acepte.
  • En caso de no aceptar un alimento, no se debe mostrar inquietud por el rechazo temporal, ni castigarlo privándolo de ingerir algún otro alimento o el postre.
  • No mezclar el alimento con otro para enmascarar su presencia.
  • No llenar en exceso los platos.
  • Si es preciso, espaciar más las comidas.

Recomendaciones generales para prevenir la inapetencia:

  • Confeccionar una dieta variada, adecuada a los requerimientos nutricionales del niño, y atractiva por su sabor, olor, color y textura.
  • Garantizar un ambiente tranquilo, alegre y confiado durante las comidas.
  • Los padres deben regular qué comer y cuando comer, pero los niños deben decidir cuánto comer.
  • No se deben brindar las comidas viendo la televisión u otros medios audiovisuales.
  • En caso de estar habituados a ciertas prácticas incorrectas, no se deben prohibir de golpe.
  • Se deben avisar las comidas con un mínimo de cinco minutos de antelación para lavarse las manos, y colaborar en la preparación de la mesa.
  • No se debe conversar sobre temas desagradables.
  • No se deben señalar faltas de educación formal o sobre el manejo de los cubiertos, de manera reiterada.
  • No insistir para que deje el plato totalmente vacío, si no lo hace debe entender que no tiene más apetito.
  • Los mayores deben a través del ejemplo educar en sus hijos hábitos alimentarios saludables.

Alimentación de los niños y niñas con sobrepeso u obesidad

  • El sobrepeso y la obesidad se caracterizan por una acumulación excesiva de grasa o tejido adiposo en el cuerpo. La obesidad es considerada una enfermedad crónica de naturaleza compleja, y es un factor que eleva el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión arterial y ciertos tipos de cáncer.
  • Aunque las causas de la obesidad son multifactoriales, mediada al menos parcialmente por mecanismos genéticos, en la mayoría de los casos, es el resultado de un desequilibrio energético, entre las calorías que se ingieren y las calorías que se gastan a través de las actividades físicas que se realizan.

    Factores que pueden favorecer la aparición de la obesidad en los niños:

    • La valoración de los padres del sobrepeso infantil como un síntoma de buena salud.
    • No practicar la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de vida del pequeño.
    • Planificar dietas excesivamente ricas en grasas, y en azúcares simples, como alimentos fritos, salsas, helados, bollería, pastelería y refrescos.
    • Descuidar la educación nutricional y proporcionar los alimentos atendiendo solo a las preferencias o caprichos de los pequeños.
    • Excesivo número de horas dedicadas a la televisión y los videojuegos.
    • Reducción de las horas dedicadas a jugar en parques y caminar al aire libre.
    • Predisposición genética.

    Tratamiento de la obesidad: El tratamiento de la obesidad es extremadamente complejo sobre todo durante la niñez, ya que en la mayoría de los casos no se obtienen los resultados adecuados. Se estima que solo únicamente entre un 10% y un 20% de la población infantil logran perder peso, y retornar a los percentiles adecuados. El tratamiento de la obesidad infantil se enfoca en tres aspectos fundamentales, éstos son:

    • El enfoque nutricional.
    • La actividad física.
    • La terapia conductual.

    El enfoque nutricional: Este enfoque tiene como objetivo lograr la pérdida o mantenimiento de peso, con un crecimiento adecuado, intentando disminuir la masa grasa y mantener la masa magra. Para el logro de estos objetivos se recomiendan las siguientes modificaciones en la dieta:

    • Suprimir paulatinamente los alimentos con exceso de contenido energético, ricos en grasas e hidratos de carbono simples, como las galletas, caramelos, chucherías, carnes procesadas y salsas.
    • Incrementar el consumo de alimentos con bajo contenido energético, como las verduras y las frutas.
    • Mantener entre cuatro y cinco comidas moderadas a lo largo del día, correspondiendo al desayuno el


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