Transcripción Alimentación en la adolescencia
La adolescencia es una etapa de cambios fisicos, emocionales y sociales, durante la cual ocurre la transición de la infancia a la edad adulta. Aunque es difícil establecer exactamente su comienzo y su final, se considera que la etapa inicial, denominada pubertad, comienza alrededor de los 9 años en las niñas y de los 11 años en los niños y se extienda hasta aproximadamente los 19 años en ambos sexos.
Las profundas modificaciones que se producen durante esta etapa, condicionan el comportamiento anárquico, que caracteriza la conducta del adolescente, reflejándose en el resquebrajamiento del cumplimiento de muchos hábitos de vida, como los hábitos de sueño, los de estudio y los alimentarios, entre otros.
Todas las transformaciones propias de la transición, y las altas exigencias nutricionales que requiere el crecimiento rápido del organismo durante esta etapa, convierten este periodo en una fase de mucho riesgo nutricional, que requiere de la atención esmerada de los padres, tutores o maestros encargados del desarrollo integral de los adolescentes.
Elementos que influyen en la demanda nutricional durante la adolescencia
- Crecimiento rápido del organismo.
- Modificación de la composición corporal.
- Variaciones individuales en cuanto al nivel de actividad física.
Peculiaridades del crecimiento del organismo durante la adolescencia que demandan mayor aporte nutricional
Durante la adolescencia se produce el segundo y último periodo de crecimiento rápido del organismo. Como resultado de las diferencias madurativas entre ambos sexos, el estirón en el sexo femenino se inicia alrededor de los 9 años y alrededor de los 11 años en el sexo masculino.
Se produce un crecimiento acelerado del esqueleto, que se manifiesta por el aumento de la estatura en las féminas, de 8 centímetros como promedio y de 10 centímetros en el sexo masculino. En ambos sexos, la estatura definitiva se alcanza entre los 18 y los 20 años. La masa ósea sigue aumentando hasta los 25 años.
Paralelamente al crecimiento longitudinal, se da el incremento de la masa corporal, que casi se duplica durante este periodo, constituyendo otro elemento importante para el incremento de las necesidades nutritivas del adolescente.
Igualmente se produce un aumento del volumen sanguineo y de los órganos internos. Las restricciones nutricionales y energéticas durante este periodo de crecimiento acelerado, pueden repercutir negativamente en la talla y en la masa muscular y ósea.
Modificaciones de la composición corporal del organismo durante la adolescencia
Los cambios en la composición corporal afectan la proporción de los tejidos grasos y los libres de grasa, ocurriendo de manera diferente en ambos sexos.
En el sexo masculino se produce un gran incremento de los tejidos no grasos (esqueleto y músculo principalmente). Entre los 10 y los 20 años el varón aumenta su masa libre de grasa alrededor de 35 kilogramos como promedio.
En el sexo femenino se produce un menor incremento de los tejidos no grasos (esqueleto y músculos principalmente). Entre los 9 y los 20 años, las niñas aumentan su masa libre de grasa solo alrededor de 18 kilogramos como promedio. Sin embargo, en el sexo femenino el aumento de los depósitos grasos es mayor que en el sexo masculino.
Esta diferencia en cuanto a volumen de masa libre de grasa entre ambos sexos, repercute en los requerimientos nutricionales, ya que la masa muscular es metabólicamente más activa, por lo tanto, los chicos necesitan más energía que las chicas para niveles de actividad física similares.
Recomendaciones en cuanto al nivel de actividad física durante la adolescencia
El incremento de la actividad física, debe estar en correspondencia con el sexo y el momento en que se produce el estirón pubera.l No se recomienda permanecer más de dos horas diarias en entretenimientos sedentarios, como ver la televisión, videojuegos, internet u ordenador.
Se deben realizar al menos una hora diaria de actividad física moderada o vigorosa, y dos veces por semana incluir ejercicios tales como:
- Aeróbicos o yoga dirigidos a facilitar el estiramiento, y la flexibilidad para favorecer la salud ósea.
- Actividades al aire libre, caminatas, atletismo, natación, ciclismo.
- Práctica de deportes colectivos, voleibol, basquetbol, balonmano etc.
- Realización de ejercicios de fuerza.
Influencia de los cambios psicológicos, sexuales y sociales en los hábitos alimentarios durante la adolescencia.
En la mayoría de los adolescentes, el proceso de maduración psicológico, conjuntamente con los cambios corporales propios de la pubertad, provocan un conjunto de comportamientos controvertidos, motivados por sus necesidades de autonomia y la no aceptación de su propia imagen física o espiritual, que favorecen su inseguridad e inestabilidad. Estos rasgos se pueden manifestar en su comportamiento ante la alimentación, a través de las siguientes acciones:
Suprimir alguna de las principales comidas recomendadas. La comida que más dejan de realizar es el desayuno, provocándoles déficits energéticos en el horario de la mañana, que repercuten en su aprendizaje y en el rendimiento escolar.
Consumir habitualmente comidas rápidas fuera de casa. Por lo general seleccionan alimentos con alto valor energético y escaso aporte de fibra, vitaminas y minerales. Ejemplo: comidas fritas, carbohidratos refinados y refrescos energéticos.
Realizar comidas incompletas fuera de horarios “picoteos”, que suelen aportar muchas calorías y escasos nutrientes, favoreciendo la aparición de caries y obesidad.
Incrementan las ingestas de bebidas menos saludables como refrescos, jugos y zumos, en detrimento del consumo de agua y leche.
En su afán de ser aceptados, son capaces de practicar dietas especiales (hipocalóricas, vegetarianas, macrobióticas, etc.) Sin las debidas recomendaciones médicas, comprometiendo su salud actual y futura.
Algunos inician el consumo excesivo de alcohol, por lo general con amigos y fuera de casa, principalmente los fines de semana, provocándoles serios trastornos al aparato digestivo y al sistema nervioso. Además las ingestas moderadas de bebidas alcohólicas, provocan también desequilibrios nutricionales que afectan la absorción de folatos y favorecen la eliminación por la orina de zinc, magnesio y calcio.
Factores que incrementan los riesgos por trastornos nutricionales durante la adolescencia
El embarazo: constituye un riesgo nutricional para la madre y para el futuro bebé. Aunque existen variaciones individuales que dependen de la edad y del estado nutricional particular, la adolescente embarazada, necesita unos requerimientos nutricionales mayores, para afrontar su propio desarrollo y el del feto.
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