Ejercicio de anclaje
Regresando al Cuerpo, Saliendo de la Mente
Cuando nos encontramos atrapados en un torbellino de ansiedad, preocupación o pensamientos obsesivos, nuestra mente está secuestrada, usualmente por escenarios futuros o lamentos pasados.
En esos momentos, una de las técnicas de autogestión más efectivas es el "grounding" o anclaje.
Este ejercicio consiste en sacar deliberadamente nuestra atención de la ruidosa corriente de nuestros pensamientos y anclarla firmemente en las sensaciones físicas del momento presente.
Nuestro cuerpo se convierte en un refugio, un ancla que nos devuelve al aquí y al ahora.
Guía Práctica para el Anclaje
El ejercicio es simple de aprender y se puede practicar en cualquier lugar, sentado o de pie.
- Postura y Preparación: Siéntate en una silla con la espalda recta y ambos pies firmemente apoyados en el suelo. Si lo prefieres, puedes hacerlo de pie. Cierra los ojos si te sientes cómodo, o baja la mirada suavemente.
- Enfoque en los Pies: Lleva toda tu conciencia a las plantas de tus pies. Siente el contacto de tus pies con el suelo. Nota la presión, la temperatura, la textura del suelo a través de tus zapatos o calcetines.
Imagina que de tus pies crecen raíces que se hunden profundamente en la tierra, conectándote y dándote estabilidad.
- Exploración Sensorial: Manteniendo el foco en tus pies, comienza a explorar las sensaciones con curiosidad. ¿Puedes sentir el talón? ¿Y la bola del pie? ¿Y cada uno de los dedos? Presiona ligeramente los dedos contra el suelo y luego relájalos.
Nota el sutil cambio en la sensación.
- Expansión de la Conciencia Corporal: Una vez que sientas una conexión estable con tus pies, permite que tu conciencia se expanda lentamente hacia arriba, como una ola de sensaciones.
Siente tus tobillos, tus pantorrillas, tus rodillas. Siente el peso de tu cuerpo sobre la silla. Nota el contacto de tu espalda con el respaldo. Siente tus manos descansando sobre tus muslos.
El Efecto Calmante del Presente
Este proceso de anclaje tiene un efecto fisiológico directo.
Al desviar los recursos atencionales del córtex prefrontal (donde residen la preocupación y la rumiación) hacia las áreas sensoriales del cerebro, literalmente interrumpimos el ciclo de la ansiedad.
El "grounding" calma el sistema nervioso, reduce el ritmo cardíaco y nos devuelve a una sensación de seguridad y control.
Es una herramienta invaluable para gestionar momentos de agobio, recordándonos que, sin importar la tormenta que haya en nuestra mente, siempre podemos encontrar un puerto seguro en la realidad tangible de nuestro propio cuerpo.
ejercicio de anclaje