Estableciendo Acuerdos y Dando Seguimiento
La importancia de llegar a acuerdos específicos y medibles
Un diálogo no está completo hasta que las intenciones se traducen en acuerdos concretos.
No basta con terminar la conversación con una sensación de entendimiento; es crucial formalizar los resultados en compromisos específicos y medibles.
La ambigüedad es el enemigo del cumplimiento.
Por ejemplo, en lugar de acordar "no volver a llegar tarde", un acuerdo específico sería "a partir de mañana, me comprometo a estar en la oficina antes de las 9:00".
De igual forma, en una negociación salarial, el acuerdo debe estipular el porcentaje exacto del aumento y la fecha precisa en que se hará efectivo.
Esta especificidad elimina cualquier posibilidad de malinterpretación, establece expectativas claras para ambas partes y crea una base sólida sobre la cual se puede dar seguimiento.
Establecer un plan de seguimiento para asegurar el cumplimiento
Un acuerdo sin un plan de seguimiento tiene una alta probabilidad de desvanecerse en el olvido.
Por lo tanto, una parte esencial del proceso de diálogo es establecer cómo y cuándo se dará seguimiento a los compromisos.
Este plan debe ser proporcional al plazo del acuerdo.
Para un proyecto de seis meses, se podría acordar una revisión mensual, aumentando la frecuencia a medida que se acerca la fecha límite.
Para un compromiso a dos meses, un seguimiento a mitad de camino puede ser suficiente para verificar el progreso.
Este proceso de seguimiento no debe ser visto como una falta de confianza, sino como un mecanismo de apoyo y rendición de cuentas que permite detectar cualquier desviación o problema a tiempo, facilitando su corrección antes de que sea demasiado tarde.
El cierre como reafirmación de los compromisos
La fase de cierre de un diálogo es mucho más que una simple despedida; es el momento de reafirmar los acuerdos y consolidar la relación.
En esta etapa final, se deben resumir verbalmente los compromisos específicos a los que se ha llegado y recordar las fechas o hitos del plan de seguimiento.
Además, el cierre es una oportunidad para agradecer a la otra parte por su tiempo, su apertura y su disposición a colaborar para encontrar una solución.
Este acto final no solo sella el acuerdo de manera formal, sino que también refuerza la relación social y profesional, demostrando que ambas partes pueden conversar de manera racional y constructiva,
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