El Poder del Contacto

Estudios sobre la influencia del tacto

El contacto físico, o háptica, es un canal de comunicación no verbal fundamental y un componente crucial en las relaciones humanas.

Un experimento realizado en los años 70 ilustró su poder: los investigadores dejaron una moneda "olvidada" en una cabina telefónica.

Cuando una persona usaba el teléfono y salía, un investigador se acercaba para preguntarle si había visto la moneda.

Al primer grupo de personas, simplemente se les hizo la pregunta verbalmente. Al segundo grupo, se les hizo la misma pregunta mientras se les tocaba ligera y brevemente el brazo (1-2 segundos).

Los resultados fueron contundentes: el grupo que no fue tocado devolvió la moneda en el 63% de los casos, mientras que el grupo que recibió el breve contacto lo hizo en el 93% de los casos.

El tacto fomentó un mayor nivel de honestidad y cooperación.

De forma similar, otros estudios han demostrado que las camareras que tocaban brevemente la mano o el brazo de sus clientes recibían propinas significativamente mayores.

El tacto en el contexto social y profesional

El tacto puede usarse para crear una relación más íntima o un mayor nivel de confianza con la persona que tenemos delante.

En un contexto social o profesional apropiado (y siempre dependiendo de la cultura), un toque breve de unos segundos en el codo o el antebrazo es a menudo suficiente para crear una atmósfera más conectada y cálida.

Esto se aplica tanto en interacciones de hombre a hombre, de mujer a mujer, o entre géneros.

La clave es que el gesto sea sutil y parezca natural; por ejemplo, realizarlo al empezar o terminar de hablar. Sin embargo, el contexto cultural es primordial.

En algunas culturas, este tipo de contacto puede ser completamente inapropiado y contraproducente.

El error de la "reverencia" al saludar

Un error común que muchas personas cometen inconscientemente al dar la mano es inclinarse o hacer una leve reverencia al mismo tiempo. Este gesto envía una señal clara e inmediata de sumisión.

A menos que se trate de un contexto cultural específico (como en algunas culturas asiáticas donde la reverencia es una señal de respeto), en un contexto occidental de negocios, usted no es ni superior ni inferior a la persona que saluda. Debe permanecer erguido.

Este error suele ocurrir cuando se extiende el brazo demasiado pronto, lo que fuerza al cuerpo a inclinarse para alcanzar la mano del otro.

La forma correcta es acercarse primero, mantener la postura recta, mirar a la persona a los ojos y luego extender el brazo para el saludo.

La importancia de la sonrisa al saludar

Además de una postura erguida, la sonrisa es un componente vital del saludo. Invest