Manejo de Personalidades Difíciles
En el mundo profesional, es común interactuar con una variedad de personalidades, incluyendo personas pasivas, agresivas y pasivo-agresivas.
Cada una de estas personalidades requiere un enfoque diferente para que la comunicación sea efectiva y se mantenga la calma.
La clave es identificar el comportamiento problemático y establecer límites claros de forma asertiva, sin caer en la confrontación.
Abordar el comportamiento pasivo
Una persona pasiva a menudo evita compartir su opinión, dice "sí" por defecto sin cumplir sus compromisos y evita la confrontación.
Para manejar a una persona pasiva, es importante hacer preguntas abiertas que la obliguen a expresarse, como "¿Cuál es tu opinión sobre este tema?".
También es útil darle espacio para que hable y animarla a tomar decisiones, lo que le ayuda a ganar confianza en sí misma.
Estrategias para la agresión
Una persona agresiva se manifiesta con críticas duras, interrupciones abruptas y un tono de voz confrontacional.
Para manejar a una persona agresiva, es crucial mantener la calma y evitar que la situación escale.
Puedes reorientar la conversación de forma firme, diciendo: "Entiendo que no estás de acuerdo, pero me gustaría terminar mi punto".
Después de establecer el límite, puedes convertir el ataque en una discusión constructiva preguntando: "¿Qué sugerencia tienes para mejorar esta idea?".
Manejando la agresión pasiva
Las personas pasivo-agresivas usan comentarios sarcásticos, expresan su insatisfacción de forma indirecta y retrasan la finalización de tareas.
Para interactuar con una persona pasivo-agresiva, la clave es mantenerse en los hechos y pedir aclaraciones.
Puedes decir: "Parece que tienes algunas reservas sobre esta tarea. ¿Cuáles son tus preocupaciones?".
También es importante negarse a participar en su dinámica pasivo-agresiva, diciendo: "Prefiero que hablemos de esto abiertamente. ¿Hay algún problema?".
Al aplicar estas estrategias, puedes manejar
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