La Respuesta de Lucha o Huida
El Desencadenante. El Miedo como Señal de Alarma
El complejo proceso de la ansiedad siempre comienza con un desencadenante universal, que es la emoción del miedo.
Este miedo puede ser una reacción a algo real que has visto, como también a un simple pensamiento o recuerdo.
Ante una situación que la mente interpreta como estresante o peligrosa, el cerebro envía una inmediata señal de alarma a todo el cuerpo.
La Cascada Química. Activación de la Adrenalina
Esta señal de miedo activa una potente reacción en el cerebro, iniciando la producción de la hormona del estrés, conocida como adrenalina.
La adrenalina es la responsable de activar diferentes partes del cuerpo para prepararlo ante lo que se percibe como una amenaza inminente.
Su única función es asegurar que el organismo tenga todos los recursos necesarios para luchar o para huir eficazmente del peligro.
Preparación para la Acción. Cambios Fisiológicos Involuntarios
La adrenalina provoca un aumento del ritmo cardíaco, bombeando más sangre hacia el corazón y los principales grupos musculares del cuerpo.
Al mismo tiempo, el cuerpo obtiene una súbita explosión de energía y fuerza, e incluso el sistema nervioso puede llegar a adormecer el dolor.
Otras funciones no esenciales, como la digestión, se ralentizan para que toda la energía se concentre únicamente en la tarea de la supervivencia.
Estos cambios ocurren tan rápidamente que a menudo ni siquiera somos conscientes de ellos, pues no tenemos control voluntario sobre este antiguo proceso biológico.
De hecho, la reacción es tan efectiva que el cerebro la inicia antes de poder procesar visualmente todos los detalles de la situación amenazante.
Un Mecanismo de Protección Perfecto
Este mecanismo es increíblemente brillante y efectivo cuando nos enfrentamos a una emergencia real, como un coche que se sube a la acera.
Nos permite saltar fuera del peligro instintivamente, incluso antes de que hayamos tenido tiempo para pensar en lo que realmente está ocurriendo.
En estas situaciones de peligro real, la respuesta de lucha o huida es el cerebro actuando perfectamente para protegernos y mantenernos a salvo.
El problema de la ansiedad crónica surge cuando este sistema de protección perfecto se activa repetidamente ante amenazas que son solo imaginarias.
Resumen
La ansiedad comienza con el miedo, que puede ser real o imaginario. Ante el peligro, el cerebro envía una señal de alarma que desencadena la liberación de adrenalina, preparando el cuerpo para luchar o huir de una amenaza.
La adrenalina provoca cambios fisiológicos. El ritmo cardíaco se acelera y la sangre se bombea a los músculos. Se obtiene una explosión de fuerza y el dolor se adormece. Todo el proceso es automático, garantizando que el cuerpo se concentre en la supervivencia.
Aunque este mecanismo es perfecto ante peligros reales, se convierte en un problema cuando se activa ante amenazas imaginarias. La respuesta de lucha o huida se activa crónicamente, agotando al cuerpo y a la mente, lo cual es la raíz de la ansiedad.
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