La Intencionalidad: El Factor Deliberado en el Acoso
La Voluntad de Dañar como Elemento Diferenciador
Para comprender la anatomía del acoso laboral, es imperativo distinguir entre un conflicto organizacional ordinario y una conducta de hostigamiento.La clave reside en la intencionalidad o el dolo.
Mientras que un conflicto puede surgir de diferencias de opinión o estrés coyuntural sin ánimo de lesionar, el acoso se caracteriza por una voluntad consciente y deliberada de causar daño, incomodidad o la expulsión de la víctima.
No es un accidente ni un "mal manejo de la ira"; es una estrategia calculada.
El agresor no busca simplemente ganar una discusión, sino anular psicológicamente al otro para satisfacer una necesidad de control o para ocultar sus propias carencias profesionales.
Esta intención maliciosa es lo que transforma una mala relación en un riesgo psicosocial severo.
La Repetición Sistemática frente al Hecho Aislado
La psicología forense y laboral coinciden en que la sistematicidad es el vehículo de la intencionalidad.
Un acto de agresión verbal único, aunque reprochable, raramente constituye acoso (salvo que sea de extrema gravedad).
El acoso se configura a través de la "gota a gota": pequeñas acciones que, aisladas, podrían parecer insignificantes (un saludo negado, un correo no respondido, una mirada despectiva), pero que al repetirse diariamente crean un patrón de desgaste devastador.
Imaginemos a un gerente que "olvida" invitar a un colaborador clave a las reuniones estratégicas una vez al mes; podría ser un error.
Si esto ocurre semanalmente y solo con esa persona, estamos ante una táctica de aislamiento deliberada diseñada para minar su autoestima y desempeño.
Motivaciones Ocultas tras la Conducta Hostil
¿Qué impulsa a alguien a invertir tanta energía en destruir a un colega? Las motivaciones suelen ser oscuras y rara vez tienen que ver con el desempeño real de la víctima.Frecuentemente, el motor es el miedo y la envidia.
El acosador percibe en la víctima una amenaza a su estatus, ya sea por su competencia técnica, su carisma social o su integridad ética.
Al no poder competir en igualdad de condiciones, el agresor opta por la guerra psicológica para nivelar el terreno hacia abajo.
También existen motivaciones organizacionales perversas, como el "management por terror", donde se cree erróneamente que la presión extrema aumenta la productividad, cuando en realidad solo genera una cultura de silencio y mediocridad.
Resumen
La diferencia entre conflicto y acoso radica en la intencionalidad; el acoso busca deliberadamente causar daño o la expulsión de la víctima, no es un accidente.
La sistematicidad es el vehículo del daño; el acoso se configura mediante pequeñas acciones repetidas, como un saludo negado diariamente, que crean un patrón de desgaste devastador.
Las motivaciones suelen ser el miedo y la envidia hacia la competencia técnica de la víctima, utilizando la guerra psicológica para ocultar las propias carencias profesionales.
la intencionalidad el factor deliberado en el acoso