La Cronificación del Acoso y la Fase de Expulsión
Fase de Marginación o Exclusión Laboral
Si las fases anteriores no se frenan, el acoso se cronifica y la víctima entra en un estado de "muerte civil" dentro de la empresa.
En esta etapa, el trabajador es despojado de sus funciones reales; se le asignan tareas denigrantes muy por debajo de su cualificación o, por el contrario, se le deja sin carga de trabajo alguna ("síndrome de la mesa vacía"), obligándole a mirar a la pared durante ocho horas.
El aislamiento físico y social es total: los compañeros dejan de hablarle por miedo a represalias.
La víctima se convierte en un paria, y su presencia en la oficina se vuelve una tortura psicológica diaria diseñada para quebrar su resistencia mental y forzar su salida "voluntaria".
Deterioro Psicofísico y Bajas Médicas
La resistencia humana tiene un límite.La exposición prolongada a la hostilidad provoca un colapso en la salud de la víctima.
Comienzan las bajas laborales por ansiedad, depresión o dolencias psicosomáticas.
Para el agresor y la empresa cómplice, estas bajas son la "prueba" que necesitaban para justificar que el empleado "no es apto" o tiene problemas mentales previos.
Se utiliza el historial médico, consecuencia del maltrato, como argumento para preparar el despido.
Es un ciclo perverso donde la reacción normal ante una situación anormal se utiliza para desacreditar la cordura del individuo, quien cada vez tiene menos recursos energéticos para defenderse.
Fase de Expulsión o Salida de la Organización
El desenlace final del ciclo del mobbing es la expulsión de la víctima del entorno laboral.
Esta salida puede darse de varias formas: un despido disciplinario (basado en acusaciones fabricadas), un despido objetivo por supuesta "ineptitud sobrevenida", o la renuncia del trabajador como única vía para salvar su salud mental y física.
En los casos más trágicos, la expulsión no termina con el sufrimiento, ya que la víctima carga con un estigma profesional y un trauma que dificulta su reinserción en el mercado laboral.
El agresor, al ver consumado su objetivo sin consecuencias, se empodera y queda libre para seleccionar a su próxima víctima, perpetuando la toxicidad en la organización.
Resumen
Si no se frena, el acoso se cronifica marginando a la víctima, asignándole tareas denigrantes o dejándola sin trabajo para provocar un aislamiento total y tortura psicológica.
La exposición prolongada causa deterioro psicofísico y bajas médicas, que la empresa utiliza perversamente como prueba de ineptitud para justificar el despido del empleado afectado.
El ciclo concluye con la expulsión de la víctima, ya sea por despido o renuncia forzada, dejando al agresor impune y empoderado para seleccionar un nuevo objetivo.
la cronificacion del acoso y la fase de expulsion