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Realiza lluvias de ideas con tus clientes - coaching ventas
Las lluvias de ideas son una de las herramientas más efectivas para generar soluciones creativas, fomentando la participación activa de todos los presentes. El trabajo en equipo agiliza la generación de respuestas a las problemáticas a enfrentar. Cuando se aplica correctamente, esta técnica puede ser de gran utilidad durante las sesiones de coaching.
Un coach por sí solo no puede ofrecer estrategias que se ajusten perfectamente al perfil del cliente si este no participa activamente en el proceso. Es crucial que el cliente se involucre en las soluciones propuestas durante cada sesión. En esta guía, abordaremos la importancia de las lluvias de ideas como un mecanismo eficiente para trabajar con los clientes.
El éxito de una lluvia de ideas dependerá en gran parte de las habilidades del coach. No obstante, existen métodos generales que puedes aplicar si no has desarrollado tu propio enfoque. Un pizarrón puede ser útil para hacer apuntes y visualizar las ideas.
Durante la lluvia de ideas, tanto el coach como el cliente deben expresar ideas en voz alta, sin preocuparse de inmediato por la calidad o relevancia de estas. Es importante que se generen tantas ideas como sea posible en un tiempo relativamente corto. La clave está en la cantidad de ideas, no en su perfección inicial.
Al finalizar la lluvia de ideas, el siguiente paso es analizar las propuestas. Cada idea debe ser discutida para perfeccionarla o descartarla. Es recomendable combinar varias ideas si eso ayuda a encontrar una solución más completa al problema en cuestión.
Recuerda que el origen de los problemas está en el cliente, por lo tanto, las soluciones deben ajustarse a sus necesidades y circunstancias particulares. Es fundamental que el cliente tenga libertad para proponer sus ideas y opinar sobre las tuyas, creando un entorno colaborativo.
El tiempo destinado a la lluvia de ideas depende del método que utilices. Sin embargo, se recomienda que sea un proceso breve. Las ideas deben surgir espontáneamente desde el subconsciente, por lo que no se requiere demasiado tiempo para procesarlas. Establece un límite de tiempo, como uno, tres o cinco minutos, para mantener el ritmo.
Si la sesión es productiva pero el tiempo parece insuficiente, puedes realizar una segunda ronda para generar más ideas. Si el estado de ánimo del coach o del cliente no es óptimo y las ideas no fluyen, se puede programar una nueva sesión en otro momento. No dudes en invitar a otras personas si consideras que pueden aportar valor al ejercicio.