Tratamiento de la dependencia emocional (Síndrome de abstinencia)
La adicción neuroquímica y el "mono"
Al finalizar la relación, la víctima no se enfrenta simplemente a una tristeza por ruptura, sino a un cuadro clínico de dependencia emocional patológica.
Esta dependencia funciona igual que una adicción a sustancias: el cerebro de la víctima ha sido condicionado mediante el refuerzo intermitente y reclama la "dosis" de dopamina que el agresor proporcionaba en los momentos de calma. Al cortar el vínculo, aparece el síndrome de abstinencia.
La persona sufre ansiedad extrema, pensamientos obsesivos, compulsión por saber del otro e incluso dolor físico real.
Es fundamental entender que este deseo imperioso de volver no es amor, sino una reacción neuroquímica de un cerebro adicto que busca alivio inmediato al malestar.
El tratamiento se enfoca en desarrollar la "tolerancia al malestar", enseñando a la paciente a surfear esta ola de ansiedad sin contactar al agresor.
La estrategia de Contacto Cero
La herramienta más eficaz y necesaria para la desintoxicación es el "Contacto Cero".
Esto implica el bloqueo total y absoluto de todas las vías de comunicación: teléfono, redes sociales, correos electrónicos y terceras personas que actúen de mensajeras.
No debe interpretarse como una estrategia para castigar al agresor o para hacerse la interesante esperando que él cambie, sino como una medida sanitaria de protección.
Al igual que un alcohólico no puede tener una botella en casa mientras se recupera, la víctima de violencia psicológica no puede permitirse el menor estímulo relacionado con su agresor, ya que cualquier interacción reactivará el vínculo traumático y reiniciará el contador de la recuperación.
Resistencia ante el "Hoovering" (Aspiradora)
Durante esta fase, el agresor intentará recuperar el control mediante técnicas de Hoovering (intentar "aspirar" a la víctima de vuelta).
Si el contacto directo está bloqueado, usará redes sociales para lanzar mensajes provocadores o victimistas, sabiendo que la víctima probablemente los mirará desde el anonimato.
Puede mostrarse públicamente devastado, culpar a la víctima de su ruina o, alternativamente, fingir que ha cambiado milagrosamente.
Es crucial que la víctima se mantenga firme y no ceda ante estas manipulaciones. Cualquier respuesta, incluso negativa, es "combustible" para el agresor.
Volver en este punto garantiza entrar en un bucle de
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