Transcripción El Maestro: Papel y Funciones en la Educación
El maestro es probablemente el elemento más importante en el proceso de aprendizaje del alumno, es quien se presenta como la figura de autoridad, media entre los estudiantes y cuenta con la capacitación metodológica necesaria para transmitir los conocimientos de una forma didáctica, despertando el interés y la motivación del estudiante. En muchas ocasiones un buen profesor es la causa fundamental por la que determinado alumno decide cursar una carrera determinada o ve despertado en si el interés por profundizar en alguna materia o contenido.
Por la importancia que reviste esta figura en el proceso de enseñanza es que proponemos el siguiente resumen, donde abordaremos de forma general el rol de este y su impacto en los estudiantes.
Rasgos que distinguen a un buen profesor
Evidentemente, como en todo campo existen profesionales más preparados que otros, con mejores habilidades y que son más exitosos en el desempeño de su trabajo. En el caso de la educación, y especificamente en los docentes, la regla a aplicar es la misma. A continuación te presentamos algunos de los rasgos principales que consideramos debe poseer un buen maestro para el desempeño exitoso de sus funciones.
Vocación: La docencia no es una profesión que se pueda desempeñar si no se posee una vocación previa hacia esta, es como ser artista, demanda del sujeto que la ejerce una serie de características que son innatas, que si bien pueden perfeccionarse o trabajarse en ellas, se necesita cierto grado de talento natural. Esto es debido a que el maestro posee una responsabilidad muy alta, un mal trabajo educativo se traduce en un desperdicio de posibles talentos por descubrir, de profesionales que no cursarán determinados estudios porque el profesor no fue capaz de despertar el interés sobre ello.
Practicar el diálogo: Una clase no es un monólogo, sino un intercambio entre el maestro y los estudiantes, donde el primero debe transmitir sus conocimientos y recibir una respuesta de aceptación del segundo. El estudiante debe verse motivado a cuestionar, entrar en discrepancia, aportar y reconstruir el discurso del maestro. No se debe imponer un punto de vista autoritario, la educación no ha de ser escolástica y memoristica, sino que debe incitar a la reflexión, el debate y la contradicción.
Practicar técnicas didácticas: Con el objetivo de despertar el interés del estudiante, el profesor debe acudir a materiales didácticos e ilustrativos, apoyarse en las imágenes, los estímulos sensoriales y hasta en el humor si es necesario. Se ha demostrado que mezclar los conocimientos con técnicas didácticas e interactivas ayudan a fijar los contenidos con mayor facilidad, esto se debe a que el cerebro del estudiante relacionará la información recibida con momentos de placer, siendo así que el rechazo será menor cuando no se asocia la clase a un momento aburrido o monótono.
Estimular el autoestudio: La clase es solo un breve momento en el proceso de aprendizaje, es imposible formar a un experto solo con el turno de clase recibido con el profesor. El docente debe despertar el interés suficiente en el estudiante para que este sea capaz de profundizar en los estudios una vez culmine su tiempo de clases. Para ello se debe acudir a tareas y trabajos complementarios que animen al estudio independiente. Se debe entender cuáles son los gustos del estudiante, y una buena técnica puede ser empezar el autoestudio por aquellos contenidos que despiertan más interés en este.
Promueve el razonamiento: Muy acorde con practicar el diálogo, promover el razonamiento no es más que darle la libertad al estudiante para que razone y saque sus propias conclusiones sin verse forzado a seguir un criterio impuesto.
La enseñanza memoristica es la más criticada y es el método menos efectivo.
Cuando se llega a una hipótesis por razonamientos propios el conocimiento aprendido no solo es más valioso, sino que es auténtico y se fijará con más fuerza.
maestro