El estilo Competitivo y Negociador
El estilo Competitivo: ganar a toda costa
El estilo de gestión de conflictos Competitivo se caracteriza por un enfoque directo y decidido, donde la persona busca ganar a toda costa, imponiendo su punto de vista sin considerar al otro.
Este estilo se centra en los propios intereses y se manifiesta a través de un comportamiento confrontacional, decidido a conseguir lo que quiere sin importar el impacto en la relación.
Si bien esta táctica puede ser útil en situaciones de emergencia, donde la rapidez en la toma de decisiones es crucial, como en una crisis de seguridad o un plazo muy ajustado, su uso constante puede ser perjudicial.
La principal desventaja del estilo competitivo es que genera resentimiento y tensiones en las relaciones, pudiendo incluso romper vínculos.
La otra parte se siente silenciada e irrespetada, lo que daña la confianza y la posibilidad de futuras colaboraciones.
El verdadero poder no reside en imponerse, sino en elegir conscientemente cuándo ser firme y cuándo ser flexible, ya que el conocimiento es poder y el respeto es un recurso invaluable.
El estilo Negociador: la búsqueda de un punto medio
El estilo Negociador se diferencia del competitivo por su enfoque práctico y orientado a resultados.
Las personas que utilizan este estilo buscan un punto medio en el que ambas partes cedan un poco para obtener algo a cambio.
Es una estrategia de "toma y daca" que es muy común en situaciones con plazos limitados o cuando se necesita un acuerdo rápido para avanzar, como en una negociación contractual o en un proyecto con un presupuesto estricto.
La ventaja principal de este estilo es que promueve acuerdos y un sentido de equilibrio, evitando que una de las partes se sienta completamente derrotada.
Sin embargo, su principal desventaja es que a veces se conforma con soluciones a medias que no resuelven la raíz del problema.
Esto puede llevar a que los conflictos reaparezcan en el futuro, ya que las necesidades profundas no fueron abordadas, sino simplemente comprometidas.
Para evitar esto, es importante utilizar el estilo negociador de forma consciente, asegurándose de que el acuerdo no solo sea aceptable, sino que también atienda, en la medida de lo posible, a los intereses subyacentes de las partes.
Esto permite que el acuerdo sea más sostenible en el tiempo y que la relación no se dañe.
Resumen
El estilo
Evitativo se caracteriza por una tendencia a escapar del conflicto, ignorarlo y postergar lo inevitable. Quienes lo usan creen que si no se habla del problema, este desaparecerá por sí solo, lo cual es falso.
El estilo
Complaciente es una actitud de sumisión donde la persona cede fácilmente para mantener la paz, a menudo a costa de sus propias necesidades. Esto puede generar resentimiento y una sensación de impotencia a largo plazo.
Ambos estilos son perjudiciales porque el problema real nunca se aborda. Para superarlos, la persona necesita aprender a ser asertiva, expresando sus necesidades y estableciendo límites de forma clara y respetuosa.
el estilo competitivo y negociador