Conciencia, Porte y Actitud
Apariencia General y Contexto
El examen mental comienza desde el primer contacto visual. Es vital registrar las características generales y el ambiente donde se realiza la evaluación (hospital, consulta privada, emergencia), ya que esto influye en la conducta del paciente.
Se debe observar cómo llega el paciente: si asiste por voluntad propia, referido, acompañado o bajo contención/engaño, pues esto determina su disposición inicial.
En cuanto a la apariencia, se evalúa el aspecto constitucional (biotipos como pícnico, atlético, leptosomático o endomorfo, mesomorfo, ectomorfo) y el desarrollo pondoestatural acorde a la edad.
La vestimenta también es un indicador clave; se debe analizar si es acorde al sexo, edad y contexto (por ejemplo, llegar en traje de baño a un consultorio es inadecuado), así como su pulcritud y aliño.
Actitud y Estado de Conciencia
La actitud del paciente ante el examinador puede variar ampliamente y debe describirse con precisión: colaborador, suspicaz, hostil, agresivo, inhibido, seductor o defensivo.
También se observa su conducta motora al sentarse, si mantiene contacto visual, si presenta inquietud (mover las piernas, mirar el reloj) o tics.
En cuanto a la conciencia, se determina si el paciente está Vigil (estado de alerta conservado), Hipervigil (alerta excesiva), Hipovigil (baja alerta), obnubilado o en estado onírico.
Finalmente, la orientación se evalúa en tres planos: autopsíquica (orientación en persona) y alopsíquica (orientación en tiempo y espacio).
Resumen
El examen mental inicia observando el contexto y la apariencia general del paciente, incluyendo su biotipo y vestimenta. Es vital registrar si asiste voluntariamente o bajo contención, pues esto condiciona su disposición inicial.
Se debe describir con precisión la actitud ante el examinador, que puede variar desde colaboradora hasta hostil o seductora. También se observa la conducta motora, como inquietud, tics o mantenimiento del contacto visual.
Finalmente, se determina el estado de conciencia, evaluando si el paciente está vigil, hipervigil u obnubilado. La orientación se explora en tres planos fundamentales: autopsíquica (persona) y alopsíquica (tiempo y espacio).
conciencia porte y actitud