El sesgo de omisión y la doctrina del doble efecto
El sesgo de omisión: la creencia de que la inacción no conlleva responsabilidad
Una de las razones por las que algunas personas eligen no hacer nada en ambos escenarios es el sesgo de omisión.
Es la tendencia a creer que somos menos responsables por un daño causado por nuestra inacción que por un daño causado por nuestra acción.
Sin embargo, desde un punto de vista ético, la decisión de no actuar es también una decisión con consecuencias de las que somos responsables.
La doctrina del doble efecto: consecuencias intencionadas vs. no intencionadas (daño colateral)
Una explicación filosófica para la diferencia de respuestas es la 'doctrina del doble efecto'.
Esta doctrina distingue entre las consecuencias intencionadas de una acción y las no intencionadas (o daño colateral).
Sostiene que es moralmente más aceptable realizar una acción buena que tiene una consecuencia mala no intencionada, que realizar una acción mala para lograr un fin bueno.
Aplicación al Escenario A: la muerte del obrero como consecuencia no intencionada
En el Escenario A, la intención principal al accionar la palanca es salvar a los cinco obreros.
La muerte del otro obrero es una consecuencia negativa prevista, pero no es la intención directa. Es un daño colateral de la acción de salvar a los otros.
Aplicación al Escenario B: la muerte del hombre como causa directa y necesaria
En el Escenario B, la situación es diferente. Para salvar a los cinco obreros, la muerte del hombre corpulento no es un daño colateral.
Es el medio necesario para lograr el fin. La intención es usar su cuerpo para detener el tren, lo que implica causarle la muerte directamente.
Según la doctrina del doble efecto, esto es moralmente mucho más problemático.
Resumen
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el sesgo de omision y la doctrina del doble efecto