El desarrollo del self en la primera infancia
Los Inicios de la Identidad Personal
Durante los años de la primera infancia, los niños se enfrentan a cambios muy significativos en el desarrollo de su percepción sobre sí mismos.
Es entre las edades de tres a cinco años cuando los niños comienzan a pensar sobre sí mismos y a desarrollar un primer y muy importante autoconcepto.
Este proceso de formación de la identidad es fundamental, ya que sienta las bases para la salud emocional y social a lo largo de toda la vida.
La forma en que un niño se ve a sí mismo durante esta etapa influirá directamente en cómo manejará los contratiempos y la presión de sus pares en el futuro.
El desarrollo de un "self" saludable, que incluye el autoconcepto, la autoestima y la autorregulación, es una de las tareas más cruciales de este periodo.
El Autoconcepto: Definiendo Quién Soy
El autoconcepto se define como el conjunto de atributos, habilidades, actitudes y valores que un individuo cree que lo definen como una persona única.
En la primera infancia, los niños son propensos a describirse a sí mismos utilizando términos que son muy específicos y completamente concretos.
Por ejemplo, un niño pequeño podría definir su autoconcepto con frases como "tengo tres años", "tengo un perro" o "tengo muchos amigos".
También pueden describir algunas de sus emociones de forma muy concreta, como por ejemplo, diciendo "soy feliz cuando estoy en la escuela".
Esta descripción se basa en hechos que son observables y en características externas, lo que refleja el nivel de desarrollo cognitivo de esa etapa particular.
La Autoestima: El Juicio sobre mi Propio Valor
La autoestima es el aspecto del autoconcepto que implica los juicios que cada uno de nosotros hace sobre su propio valor y los sentimientos asociados.
Una autoestima que es saludable es una de las características más importantes para el correcto y sano desarrollo de cualquier niño en sus primeras etapas.
Esta se ve moldeada por la cantidad de amor, apoyo y ánimo que el niño recibe de las personas importantes en su vida, como sus padres y maestros.
Una autoestima positiva actúa como un factor de protección para una buena salud mental y ayuda al niño a manejar los contratiempos con mayor resiliencia.
La Autorregulación: Guiando el Comportamiento
Finalmente, la autorregulación se define como el conjunto de procesos que utilizamos para poder guiar nuestros propios pensamientos, nuestros sentimientos y nuestro comportamiento.
Esta habilidad es fundamental para poder alcanzar las metas que nos hemos propuesto y para poder interactuar de manera efectiva con nuestro entorno social.
El desarrollo de la autorregulación en la primera infancia es un proceso gradual que está íntimamente ligado al desarrollo del autoconcepto y la autoestima.
A medida que el niño se conoce mejor a sí mismo y se siente más seguro, aumenta su capacidad para poder gestionar sus impulsos y sus respuestas emocionales.
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