Uso inapropiado de benzodiacepinas y antidepresivos sin supervisión médica
El uso de psicofármacos sin supervisión médica, especialmente benzodiacepinas y antidepresivos, es una práctica cada vez más frecuente y alarmante. Muchos pacientes, enfrentados a síntomas de ansiedad, insomnio o tristeza persistente, recurren a estos medicamentos sin diagnóstico claro o sin seguimiento clínico adecuado.
Esto ocurre no sólo por la disponibilidad irregular de estos fármacos, sino también por la creencia errónea de que su uso es «seguro» o «necesario» para sobrellevar momentos difíciles.
En el caso de las benzodiacepinas (como el clonazepam o el alprazolam), esta automedicación puede conducir rápidamente a dependencia, tolerancia e incluso síndrome de abstinencia.
Por su parte, los antidepresivos, si bien no generan dependencia en el mismo sentido, sí requieren tiempos específicos de administración, monitoreo de efectos secundarios y ajustes individualizados.
Dosis inadecuadas y tiempos insuficientes de tratamiento
Uno de los errores más comunes en quienes se automedican o reciben tratamientos mal supervisados es suspender los antidepresivos antes del tiempo indicado o emplear dosis subterapéuticas. Muchos pacientes abandonan la medicación cuando se sienten «mejor», sin haber alcanzado una remisión estable ni completar el ciclo prescrito.
Este uso fragmentado interfiere con la eficacia del tratamiento y aumenta el riesgo de recaídas. En otros casos, el tratamiento se inicia con dosis demasiado bajas, sin escalamiento adecuado, lo cual puede dar la falsa impresión de que el medicamento «no sirve» o «no funciona».
Esto es particularmente grave en cuadros depresivos moderados a severos, donde una pauta correcta puede significar la diferencia entre una recuperación funcional o una cronificación del sufrimiento.
El riesgo de cronificación y depresión refractaria
La automedicación y el mal uso de antidepresivos están directamente relacionados con la aparición de depresiones refractarias. Estas se definen como aquellos cuadros que no responden a al menos dos tratamientos adecuados en dosis, tiempo y tipo de fármaco.
En muchos de estos casos, los pacientes han rotado múltiples medicamentos por cuenta propia o bajo prescripciones inconsistentes, sin adherencia al esquema recomendado ni supervisión rigurosa. Esto no solo complica el pronóstico, sino que también dispara los costos de atención, reduce la calidad de vida y aumenta el riesgo de suicidio.
El rol de la psicoeducación y la adherencia terapéutica
El abordaje adecuado de los trastornos depresivos debe incluir siempre una fuerte componente psicoeducativo: explicar al paciente qué esperar del tratamiento, la duración estimada, los posibles efectos secundarios y la importancia de no suspenderlo de forma abrupta.
También se debe reforzar que, incluso en tratamientos farmacológicos exitosos, la psico
uso inapropiado benzodiacepinas antidepresivos supervision medica