Prevención y redes de apoyo
Uno de los factores más protectores frente a la depresión perinatal es el acompañamiento cercano. El respaldo emocional por parte de la pareja, familia o amistades ofrece un sostén fundamental que amortigua el impacto de los cambios emocionales, físicos y sociales del embarazo y el puerperio.
Este acompañamiento permite una distribución más justa de las tareas de cuidado, reduce el aislamiento y favorece la adaptación al nuevo rol materno. Como se evidenció durante la pandemia, la ausencia de redes de apoyo incrementó significativamente los niveles de estrés y sintomatología depresiva.
La sensación de estar sola 24/7 con un recién nacido, sin espacios para expresar frustraciones o recibir ayuda práctica, potenció cuadros de ansiedad, insomnio y pensamientos negativos persistentes.
Además, la idealización social de la maternidad puede dificultar que las madres verbalicen su malestar por miedo a ser juzgadas. Por eso, el acompañamiento empático y no crítico del entorno cercano es clave para que la mujer se sienta validada y no culpable por experimentar emociones complejas.
Importancia de fortalecer los sistemas de salud primaria y comunitaria
La prevención también exige un enfoque institucional: es crucial que los sistemas de salud primaria incorporen el componente emocional en la atención a gestantes y puérperas.
Esto implica aplicar rutinariamente escalas de tamizaje, como la de Edimburgo, que permiten identificar síntomas depresivos tempranos incluso en mujeres que no los expresan abiertamente.
Los profesionales de la salud deben ser capacitados no solo para detectar síntomas, sino para generar un clima de confianza que motive a las mujeres a hablar de su estado emocional sin miedo al estigma. La atención debe ser continua, incluyendo el primer año de vida del bebé, dado que los síntomas pueden aparecer tardíamente.
Asimismo, es clave articular la salud mental con otros servicios comunitarios —como trabajo social o educación—, especialmente en contextos de alta vulnerabilidad social, donde se suman factores como violencia de pareja, pobreza o migración.
Valor de los grupos de apoyo y programas de seguimiento postparto
Los grupos de apoyo entre madres se han consolidado como herramientas terapéuticas y preventivas de gran eficacia. Compartir vivencias con otras mujeres en circunstancias similares alivia la carga emocional, disminuye la sensación de soledad y permite identificar estrategias útiles de afrontamiento.
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