Presentación Clínica y Síntomas Específicos
La depresión en adultos mayores presenta particularidades clínicas que la distinguen de otros grupos etarios, lo que convierte su detección en un verdadero desafío diagnóstico.
Muchas veces, los síntomas no se expresan en forma directa, y el adulto mayor rara vez verbaliza de forma explícita sentirse triste o deprimido. A continuación, se detallan los elementos clínicos centrales para su identificación.
Particularidades en la expresión emocional del adulto mayor
Una característica clave es la menor expresividad emocional verbal. El adulto mayor rara vez acude a consulta diciendo «me siento triste»; en cambio, su malestar suele expresarse de manera indirecta. Predominan las quejas somáticas como dolores difusos, fatiga constante, malestares gástricos o cefaleas, que persisten a pesar de tratamientos médicos adecuados.
Además, hay una tendencia al retraimiento social y al aislamiento, con pérdida progresiva del interés por actividades que antes resultaban placenteras, lo que puede pasar inadvertido o normalizarse como parte del envejecimiento.
Síntomas cardinales
Tal como en otros grupos de edad, los síntomas esenciales para el diagnóstico de depresión siguen siendo dos:
- Ánimo depresivo, aunque puede ser menos evidente. Puede expresarse con frases como «estoy cansado de vivir» o mediante actitudes de desesperanza, irritabilidad o llanto frecuente sin causa aparente.
- Anhedonia, es decir, la pérdida de interés o placer por actividades previamente significativas. Un ejemplo clásico es el adulto mayor que deja de participar en juegos, reuniones familiares o aficiones que antes disfrutaba profundamente.
En conjunto, estos dos síntomas deben ser valorados cuidadosamente, pues muchas veces se solapan con procesos normales del envejecimiento o con otras enfermedades médicas.
Síntomas físicos frecuentes en depresión geriátrica
Entre los síntomas físicos más comunes se incluyen: trastornos gastrointestinales, dolores osteomusculares, cefaleas, pérdida de energía y disminución de la capacidad funcional general.
Estos síntomas, que aparecen sin causa médica clara, pueden llevar a múltiples consultas con diferentes especialistas antes de ser reconocidos como manifestaciones de una depresión. Otro indicador importante es el descenso de la movilidad, con un enlentecimiento tanto físico como cognitivo. Algunos pacientes también presentan deterioro del autocuidado, como evitar el aseo personal o mostrarse indiferentes ante su apariencia.
Trastornos del sueño y del apetito en el adulto mayor deprimido
Los trastornos del sueño son extremadamente comunes en la depresión geriátrica. Pueden presentarse como insomnio (dificultad para iniciar o mantener el sueño), despertares frecuentes durante la noche, o somnolencia excesiva durante el día.
El sueño no suele ser reparador, lo que perpetúa la fatiga y reduce la energía durante el día. En cuanto al apetito, pueden observarse tanto pérdida como aumento del mismo, aunque predomina la disminución del apetito, que conlleva a la pérdida de peso involuntaria y a un deterioro del estado nutricional.
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