Orientaciones prácticas sobre cómo estructurar las sesiones terapéuticas.
El tratamiento de la depresión puede requerir la combinación de terapia cognitivo conductual y medicación, especialmente en casos moderados a graves. El abordaje debe ser interdisciplinario, donde psicólogos y médicos trabajen en conjunto para garantizar una intervención eficaz.
La recomendación de tratamiento farmacológico debe evaluarse según el tipo de depresión. En casos de depresión endógena o cuando los síntomas interfieren significativamente con el funcionamiento diario, la sola terapia puede no ser suficiente.
Aquí es crucial derivar al paciente al médico o psiquiatra para una evaluación médica y prescripción. Durante la psicoeducación, se debe explicar al paciente que la medicación no produce efectos inmediatos, sino que requiere un tiempo para actuar.
También es importante informar sobre posibles efectos secundarios y la necesidad de seguimiento para evaluar avances o ajustes. Si el paciente rechaza la medicación, se respeta su decisión, pero se le informa que el proceso terapéutico podría ser más lento o limitado.
La tarea del terapeuta será acompañar, reforzar la motivación y evaluar continuamente la necesidad de reforzar el tratamiento con apoyo farmacológico, siempre en coordinación con el equipo médico. La combinación de ambas estrategias —terapia y medicación— potencia los resultados, acelera la recuperación y reduce el riesgo de recaídas, siempre que haya un seguimiento adecuado.
orientaciones practicas como estructurar sesiones terapeuticas