logo
MyWebStudies - Página de inicio
INGRESAR

REGISTRARSE
Buscador

Abordaje emocional: sanar heridas del pasado

Selecciona el idioma :

Por favor, inicia sesión para que tu progreso sea registrado. Sin iniciar sesión, podrás visualizar el video pero no se aumentará tu avance en el curso

Abordaje emocional: sanar heridas del pasado


La superación de la depresión no depende únicamente de estrategias racionales o cambios conductuales.

Muchas veces, en el corazón del malestar emocional se encuentran heridas no resueltas que, al no ser atendidas, se transforman en pensamientos dolorosos, síntomas físicos y sensación de estancamiento.

Este módulo propone un abordaje emocional profundo para sanar esas heridas, especialmente aquellas relacionadas con la culpa, el enojo, el rol de víctima, las emociones bloqueadas y el perdón como vía de liberación personal.

Trabajar la culpa y el enojo ocultos

Una de las raíces más comunes de la depresión es la culpa no reconocida, especialmente cuando se mezcla con el enojo que no nos permitimos sentir. Muchas personas se culpan por haber sido vulnerables, por no haber actuado diferente en situaciones pasadas, o incluso por haber sido dañadas.

Cuando ese enojo no puede expresarse y se convierte en una emoción silenciada, se vuelve contra uno mismo, generando pensamientos autocríticos como «no valgo», «fue mi culpa» o «no merezco estar bien». Este proceso termina drenando la energía vital.

Estas emociones se guardan en el cuerpo y afectan nuestra capacidad de motivación, claridad mental y deseo de futuro.

Trabajarlas en terapia es clave, pero incluso fuera del espacio terapéutico, es posible comenzar a reconocerlas escribiendo, nombrándolas y dándonos permiso para sentirlas, sin juicio.

Identificar la «víctima interior» y sus necesidades emocionales

En toda persona deprimida suele habitar una parte interna que podríamos llamar «la víctima interior». No se trata de una etiqueta negativa, sino de una representación emocional que expresa indefensión, tristeza, soledad o abandono.

Esta parte interna necesita ser escuchada, comprendida y validada. No basta con imponerse mensajes como «tienes que salir adelante» si esa parte emocional siente que su dolor no ha sido visto.

El primer paso es aceptar que esta parte existe y no avergonzarnos por ella. Muchas personas, en su aislamiento, anhelan que alguien valide su historia: «Sí, lo que viviste fue duro», «Sí, fue injusto lo que te pasó».

Si no se encuentra esta validación en el entorno, es importante comenzar a dársela uno mismo, a través de la autocompasión y el autorreconocimiento. Validar no es lo mismo que quedarse anclado en el pasado: es ver con claridad lo vivido para poder soltarlo y caminar hacia adelante.

Técnicas para liberar emociones bloqueadas

Las emociones no expresadas tienden a quedar «atrapadas» en el cuerpo, generando tensión, insomnio, fatiga o una constante sensación de peso interno.

Liberarlas es un proceso que puede iniciar por medios simples pero potentes. Algunas técnicas útiles incluyen:

  • Escritura expresiva: escribir sin censura sobre lo que sentimos, sin preocuparnos por la coherencia ni la forma, permite que emociones reprimidas encuentren salida.
  • Mindfulness y respiración consciente: ayudan a contactar con el cuerpo y permitir que emociones surjan y se atraviesen sin evitarlas.
  • Movimiento corporal: el ejercicio físico, el baile libre o incluso sacudir el cuerpo conscientemente pueden desbloquear emociones estancadas. El cuerpo, cuando se mueve, permite que las emociones se procesen.
  • Llorar conscientemente: permitirse llorar, no como signo de debilidad, sino como una forma fisiológica y emocional de liberación.

Estas prácticas permiten abrir espacio interno y conectar con sensaciones que estaban anestesiadas por la tristeza o la apatía.

El perdón como herramienta de liberación personal

El perdón, en este contexto, no es un acto religioso ni una obligación moral. Es, más bien, una decisión personal para dejar de cargar con emociones que nos están haciendo daño. No siempre implica reconciliación con quien nos hirió, ni justificar lo que ocurrió. Implica soltar el vínculo de sufrimiento que nos mantiene atados al pasado.

Como se explica en los enfoques basados en mindfulness y ACT, no podemos cambiar lo que ocurrió, pero sí la relación que tenemos con esa experiencia. Perdonar es reconocer que ya no queremos que ese dolor dirija nuestra vida. Es liberar al otro, pero sobre todo liberarnos a nosotros mismos.

La práctica del perdón puede comenzar con ejercicios de visualización, escritura de cartas que no se envían, o simplemente con frases que se repiten como acto simbólico: «Ya no necesito cargar con este enojo», «Me libero del pasado para vivir mi presente».

Este proceso puede llevar tiempo, pero es profundamente transformador. Sanar las heridas del pasado no ocurre en un solo momento, sino a través de una práctica emocional honesta, paciente y compasiva. Cuanto más nos permitimos sentir, validar y soltar, más espacio hacemos para construir un presente con sentido y un futuro con esperanza.

Afrontar el malestar y la incomodidad emocional

Superar la depresión no significa eliminar todo malestar de la vida. Al contrario, implica desarrollar una nueva relación con el dolor emocional: dejar de huir, aprender a tolerar la incomodidad y usarla como brújula de transformación. En esta sección, abordamos cómo atravesar el sufrimiento sin quedarnos atrapados en él.


abordaje emocional sanar heridas pasado

Publicaciones Recientes de psicologia depresion

¿Hay algún error o mejora?

¿Dónde está el error?

¿Cúal es el error?