Cómo iniciar un discurso
Iniciar un discurso puede resultar extremadamente intimidante para muchos oradores, incluso para los más experimentados.
Sin embargo, si logras establecer una conexión emocional con tu audiencia desde el principio, tendrás una ventaja para comunicar tu mensaje de forma clara y convincente.
Ya sea que busques entretener, persuadir o informar, aprovecha esta ventaja utilizando la regla de los 30 segundos a tu favor. Descubre en qué consiste y explora otras alternativas para iniciar tu discurso de la mejor manera.
Misterio: Al presentar un enigma en tu discurso y revelar la información poco a poco, puedes despertar la curiosidad y la expectación en tu audiencia. Esto puede ayudarte a hacer tu discurso más interesante y mantener la atención de los espectadores mientras usas tu creatividad para resolver el misterio.
Además de generar intriga en tu discurso, existen otros elementos que puedes utilizar para hacerlo más atractivo. El uso de elementos visuales es una herramienta poderosa para despertar emociones en tu audiencia. Objetos, colores llamativos, videos o imágenes mejoran su experiencia en general.
Historia: Contar una historia o anécdota puede mantener al público inquieto. Se preguntarán: ¿Cómo se relacionará este relato con el objetivo del discurso? Esta emoción e intriga facilita la atención que te prestarán y el placer por escucharte. Una forma efectiva de lograr esto es utilizando el Storytelling para garantizar el éxito, considerando los siguientes puntos:
- Expresa tus vulnerabilidades y el objetivo que te propones.
- Promete un cambio o mejora en un aspecto específico de acuerdo a tus capacidades.
- Demuestra la transformación o evolución en redes sociales para aumentar la confianza que la audiencia tiene en ti.
Beneficio: Incluir beneficios en tu discurso es esencial para realzar las emociones que deseas transmitir. ¿Qué beneficios les brinda a esas personas escucharte? Un discurso que no incluye beneficios y emociones puede resultar poco atractivo y falto de interés. Las personas deben recordar lo que les has dicho y tener claro cómo aplicar esa información en su vida.
Un mensaje que proporcione beneficio posee:
- Brevedad: Frases cortas y el sentido de lo que se quiere decir bien resumido.
- Impacto: Declaraciones personales o ajenas que muestren desarrollo personal y evolución.
Poder de la oratoria: Un ejemplo de cómo la oratoria puede ser poderosa es el discurso de Oprah Winfrey al recibir el galardón honorifico Cecil B. deMille, durante la ceremonia de los Globos de Oro en 2018.
Utilizó frases cortas e inteligentemente dispuestas para comunicar su mensaje de forma concisa y con efecto. En un lapso de tiempo menor a 10 minutos, Oprah habló sobre su vida y explicó cómo la igualdad y el empoderamiento de las mujeres pueden beneficiar al mundo entero.
Empleó un lenguaje detallado y enriquecedor que cautivó en todos los sentidos. Esto demuestra cómo un mensaje que proporcione beneficio puede ser breve y dejar un impacto duradero en los espectadores.
Un buen comunicador. Al inicio, un buen comunicador debe cumplir con ciertas expectativas:
- Ir directo al grano y no desviarse del tema principal.
- Hablar de manera clara y concisa sobre el tema en cuestión.
- No argumentar elementos innecesarios que en nada desarrollen el objetivo que persigue.
- Poseer un amplio vocabulario.
- Saber controlar sus emociones para transmitir emociones positivas.
- Actuar con serenidad frente a intervenciones que no sean de su agrado.
Es necesario reforzar las expectativas desde el inicio del discurso. Debemos evitar a toda costa mostrar signos de nerviosismo, como:
- Tartamudear o trabarse al hablar.
- Mirar hacia abajo constantemente.
- Encorvarse o adoptar una postura cerrada.
- Mostrar ansiedad, respiración entrecortada o rápida y fuerte.
- Temblor en las manos.
La regla de los 30 segundos: Para evitar mostrar el nerviosismo y captar rápidamente el interés de los oyentes, es importante informarse e investigar sobre el tema que se va a exponer. Además, es recomendable que sientas que lo que vas a decir puede cambiar la vida de los demás.
En tan solo 30 segundos, debes explicar de qué vas a hablar y, además, intentar vender tu discurso como si fuera un producto irresistible que todos deben escuchar sin falta.
Puedes imaginar que tienes un tiempo cronometrado, similar a un anuncio de televisión. El objetivo es que los oyentes te escuchen hasta el final, sin hacer [zapping], y se informen de todo lo que tienes para decirles.
iniciar discurso