Estructura de una buena comunicación
La oratoria, como toda disciplina, cuenta con una estructura y reglas generales que se asientan en bases científicas preestablecidas y experimentadas en el tiempo. Muchos de los grandes oradores son capaces de saltarse y adaptar estas reglas hacia un estilo propio y disruptivo. Esto requiere de una habilidad superior y cierto arte innato para conocer a la audiencia y encaminarla hacia un estilo distintivo que recrea una marca personal en el ponente. Comenzar de cero en la oratoria requerirá de mucha disciplina y esfuerzo para apegarse a una estructura lógica que te permita ir generando tu propio estilo y marca personal.
Para tener una estructura comunicativa adecuada, debemos conocer acerca de los hilos narrativos, el lenguaje a emplear y los ganchos comunicativos que te permitirán mantener la coherencia mientras retienes la atención de la audiencia. Durante el desarrollo de la presente sesión, estaremos abordando con mayor profundidad los elementos antes señalados, de forma tal que te resulte de utilidad como herramientas a emplear a la hora de estructurar tu ponencia.
Hilo narrativo: El hilo narrativo, no es más que la estructura lógica que mantendrás durante tu exposición. Por regla general, este hilo narrativo se divide en: introducción, desarrollo y conclusión. Durante la primera etapa, se busca presentarle a la audiencia algunas de las ideas básicas sobre las que tratará la ponencia. Sin adentrarnos en la esencia de la charla, repasaremos en orden lógico cuáles son los puntos que abordaremos de forma progresiva. Podemos hacer notar por qué estos puntos son importantes y qué esperas conseguir al desarrollarlos.
La introducción es la etapa primordial a la hora de captar la atención de tus oyentes. Debes trabajar porque esta sea lo más llamativa posible y genere expectativas o curiosidades lo suficientemente fuertes como para conducir la atención captada hacia el desarrollo de la ponencia.
En el desarrollo se aborda la esencia de la charla y se trabaja por satisfacer las expectativas generadas en la primera fase. Debes tener en cuenta que, si bien la introducción es una etapa muy importante, aquellos que han venido a escucharte se encuentran fuertemente interesados en el desarrollo de tu ponencia, porque es la que engloba la información concreta que deseas transmitir.
Una vez llegada la conclusión, se repasan los conceptos y elementos abordados durante la presentación. La idea es cerrar la charla de forma ordenada y procurar que los oyentes puedan retener de forma efectiva la mayor parte de la información que has comunicado.
Ganchos comunicativos: Si bien, hemos expresado que la estructura adecuada para una comunicación lógica y coherente es la de introducción, desarrollo y conclusión, existen una serie de recursos, también conocidos como “ganchos comunicativos” que te serán de utilidad para adornar la ponencia y mantener la atención de tus oyentes. Un gancho comunicativo es buscar generar un llamado de atención en el oyente, despertando su curiosidad acerca de lo que escuchará próximamente. Estos ganchos pueden ser empleados en cualquier momento de tu ponencia, aunque por regla general, se recomienda su uso durante la introducción.
Si tu charla es de finanzas, por ejemplo, puedes comenzar con una frase como: la mayoría de ustedes tendrá la oportunidad de reordenar sus finanzas al terminar esta conferencia, no obstante, muy pocos son los que verdaderamente pondrán en práctica los conocimientos adquiridos.
Una frase tan sencilla como esta, despierta el sentimiento de querer saber qué es eso tan importante que le vas a contar que les permitirá reordenar de una vez sus finanzas. De igual manera, acudes al sesgo de necesidad, donde la persona no quiere descuidar su atención para lograr ser de esos pocos que pondrán en práctica los conocimientos adquiridos. Intenta estructurar tus ponencias de forma lógica, introduciendo ganchos comunicativos en los momentos donde la atención de tu audiencia pueda desviarse.
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