El discurso nupcial
Cada discurso presenta características propias que atienden al motivo del mismo. La voz, el tono, la carga emocional, entre otros factores, son parámetros ajustables por el orador a la hora de recrear un ambiente propio del evento a desarrollar. Uno de los tipos de discursos más tradicionales y practicados en el mundo entero, es el discurso nupcial. Este acto comunicativo se emplea durante una ceremonia matrimonial. En la misma pueden suscitarse más de un discurso, ya que podemos encontrarnos con bodas donde los novios, amigos y familiares proclamen el suyo propio.
Cuando un orador es contratado para brindar sus servicios durante este tipo de ceremonias, se aspira a la entrega de una ponencia profesional que contribuya a amenizar la ceremonia. El papel del orador durante estos eventos es fundamental a la hora de conducir el acto y generar un ambiente emocional positivo. Mediante el desarrollo de la presente sesión, estaremos analizando algunas de las cuestiones básicas que giran alrededor de este tema. Esto te resultará de utilidad para realizar tus primeras aproximaciones hacia este tipo de discurso.
Adaptabilidad del discurso: Contrario a otros tipos de discurso, que suelen ser más rígidos en sus estructuras, el discurso nupcial es muy adaptable a los gustos de la audiencia. Las bodas actuales presentan características diferentes a las de décadas atrás, pues no todos los novios buscan una ceremonia cargada de extremo formalismo. El discurso tiene que ser coherente con el evento donde se desarrolla, por lo que el orador debe saber adaptar su tono, voz y lenguaje a las exigencias particulares de la ceremonia.
Lo mismo sucede con los tiempos de ponencia: debemos ser precisos con la extensión del discurso. Por lo general, una ceremonia de este estilo suele tener una programación previa, por lo que nuestra profesionalidad debe hacerse notar cumpliendo con los periodos de tiempo que nos han solicitado.
Relación con la audiencia: El discurso nupcial se centra claramente en los novios que pretenden contraer matrimonio durante la ceremonia. Esto no exime al orador de interactuar con el resto de su audiencia y extender el impacto de su mensaje hacia cada uno de los presentes. Se debe balancear el discurso para que este posicione a la pareja como el motivo principal del evento, volcando toda la atención en estos, pero sin olvidar el intercambio con la audiencia.
Para ello, recomendamos interactuar con algunos de los presentes. Esto se puede hacer mencionando algunos de los nombres de los familiares y amigos más importantes de los novios o citando frases o anécdotas que los relacionen.
La carga emotiva: Como decíamos al inicio de esta sesión, la carga emotiva de un discurso nupcial debe ser adaptada al evento en particular. Según sea la formalidad de la ceremonia, emplearemos un lenguaje más llano o más complejo. El lenguaje empleado durante el discurso te permitirá añadir más o menos carga emocional. Cuando nos expresamos con palabras sencillas que promueven un ambiente más relajado, es posible denotar más emoción en nuestra ponencia.
En cualquier caso, el orador debe procurar transmitir emociones fuertes y positivas. El mensaje debe estar dirigido hacia la celebración, el entusiasmo y la alegría de todos los presentes. Se debe resaltar la importancia del paso que se está realizando y la oportunidad de consolidar la relación para construir un futuro juntos. De igual manera, podemos volcar parte de la carga emocional en los padres y amigos, quienes habrán estado presentes durante la evolución del noviazgo, siendo una pieza esencial en la trayectoria de la pareja. La clave está en elaborar un mensaje que logre impactar tanto a los novios como al resto de la audiencia.
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