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Menús para niños mayores de un año

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Transcripción Menús para niños mayores de un año


Después del primer año de vida los niños comen prácticamente de todo, y deben haber abandonado, las papillas y los purés; momento ideal para probar otras maneras de preparación, otros sabores y otras texturas, con el fin de diversificar sus preferencias alimentarias y reducir las manifestaciones de rechazo a determinados platos.

Durante la infancia, los niños y las niñas se incorporan poco a poco a la dieta familiar, imitando a sus padres, hermanos y demás personas próximas, constituyendo una oportunidad excepcional para educar en los pequeños, el gusto por la variedad en el menú, la preferencia por alimentos saludables, la moderación en las cantidades a ingerir, y el ambiente familiar acogedor, creado en torno a las comidas.

Planificación de menús para niños y niñas entre un año y tres años de vida

Entre el primer año y el tercer año de vida, ocurre la transición entre una fase de crecimiento muy rápido, peculiar del periodo de lactancia y el periodo posterior, caracterizado por un desarrollo más estable; esto provoca la ocurrencia de variaciones en el apetito de los pequeños, que deben ser atendidas adecuadamente, para que los menores no rechacen un número significativo de alimentos. Comidas a lo largo del día.

Desayuno: debe aportar el 25% del total de la energía proporcionada por la dieta a lo largo del día. Se recomienda que el desayuno incluya como mínimo los siguientes elementos:

  • Leche con cereales o papilla a base de leche con cereales.
  • Fruta fresca cortada en pequeños pedazos.

Media mañana: debe aportar el 15% del total de energía proporcionada por la dieta a lo largo del día. Se recomienda que la merienda incluya una ración de alguno de los siguientes productos:

  • Frutas, queso, leche, yogur o jamón.

Comida: debe aportar el 30% del total de energía proporcionada por la dieta a lo largo del día. La comida puede incluir:

  • Puré de verduras, verduras con legumbres, pasta, arroz y guisos.
  • Carnes o pescados triturados o en trozos pequeños, huevos bien cocidos, revueltos, en tortillas o fritos en aceite de oliva u otros aceites de origen vegetal.
  • Brindar leche, yogur o frutas frescas como postre.

Merienda: debe poseer las mismas características que el alimento bridado a media mañana, pero deben planificarse diariamentealimentos distintos para cada momento. Cena: debe aportar el 15% del total de energía proporcionada por la dieta a lo largo del día. Se recomienda que la cena incluya:

  • Verduras, cereales.
  • Brindar frutas frescas y leche con cereales como postre.

Recomendaciones para la planificación de los menús

Cereales: deben planificarse entre cuatro y seis raciones diarias a lo largo del día. Se recomiendan preferentemente los cereales integrales, estos tienen mayor valor nutritivo ya que la capa de salvado que los envuelve, es rica en vitaminas, minerales y fibra dietética.

Frutas: deben planificarse tres o cuatro raciones de frutas diarias. El aporte fundamental de las frutas es de vitaminas y fibras; algunas como las bananas y las chirimoyas aportan también energía. Se pueden brindar en cualquiera de las comidas del día, naturales o en zumos elaborados en la casa, y consumidos al momento. Se debe ofrecer en vaso en lugar de biberón. No se le debe añadir azúcar u otro edulcorante.

Verduras, hortalizas y patatas: deben planificarse como mínimo en dos raciones diarias. Son ricas en vitaminas, minerales y fibra; algunas como las patatas aportan también energía. Se recomienda que se brinden alternando las preparaciones crudas y cocidas; se les puede agregar una cucharada de aceite de oliva.

Carnes: deben planificarse entre tres y cuatro raciones a la semana. Aportan fundamentalmente proteínas, sales minerales (hierro, fósforo, y potasio) y constituyen una fuente importante de vitaminas del grupo b. Se recomiendan las carnes de pollo, pavo y conejo por presentar menor contenido de grasas saturadas. No se recomienda brindar visceras.

Pescado: deben planificarse entre tres y cuatro raciones a la semana. Sus aportes de proteínas son similares a los de las carnes. Contienen sales minerales como cloro, sodio, potasio y sobre todo fósforo. La calidad de las grasas aportadas por los pescados es superior a la de las carnes.

Huevo: deben planificarse entre tres y cuatro raciones a la semana. El huevo es rico en proteínas; contiene además vitaminas y minerales, como la vitamina a, vitamina b1 y el hierro. El huevo se debe ofrecer siempre bien cocinado, para evitar la presencia de agentes infecciosos.

Legumbres: deben planificarse entre tres y cuatro raciones a la semana. Las legumbres son ricas en hidratos de carbono complejos, proteínas y fibra dietética. Se pueden brindar tiernas, secas y cocidas.

Grasas: deben planificarse 6 raciones diarias de aceite de oliva virgen. Se recomienda ofrecer sobre todo como aliño. Se debe emplear también en guisos y alimentos fritos. No se deben emplear las grasas de origen animal, las margarinas, el aceite de coco ni el de palma.

Leche: deben planificarse entre dos y cuatro raciones diarias. En su lugar se pueden ofrecer yogur y queso magro. Los alimentos lácteos proporcionan la mayor cantidad de calcio necesario para desarrollo del sistema óseo, sobre todo en etapas de crecimiento rápido.

Agua: la necesidad de líquidos durante esta etapa es de aproximadamente 1,3 litros diarios. Se recomida hidratar a los pequeños principalmente con agua.

Planificación de menús de niños y niñas entre tres y doce años de edad

Durante esta etapa se continuarán planificando tres comidas principales y dos menores, distribuidas a lo largo del día y garantizando el aporte de calorías, adecuado para cada una de ellas.

Se recomienda planificar una comida diariamente, cuyo contenido sea igual para todos los comensales, donde participe el niño y la mayor parte de la familia, para fomentar hábitos alimentarios saludables.

Desayuno: se debe prestar especial atención a la planificación y preparación del desayuno, ya que este constituye una de las comidas principales del día, proporcionando la energía y la hidratación necesaria después de muchas horas de ayuno. Cuando los niños no toman desayuno o lo hacen de manera parcial, dejan de ingerir alimentos básicos que favorecen el balance de nutrientes necesarios a lo largo del día, e incorporan hábitos alimentarios poco saludables, que probablemente practicarán por el resto de la vida. En el desayuno se deben incluir por lo menos:

  • Productos lácteos, cereales y frutas frescas preferiblemente enteras.
  • Se debe brindar siempre agua.

Media mañana: es necesario brindar a los niños y a las niñas a media mañana, una ración moderada de algún alimento imprescindible en la dieta, como un vaso de leche o un bocadillo con pan integral y agua.

Esta merienda permite distribuir las ingestas de energías a lo largo del día, evitando que los pequeños pic


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