Efectos a largo plazo de la enfermedad celiaca en la salud
La enfermedad celiaca (EC) es una condición autoinmune y sistémica que afecta el intestino delgado y que se desencadena por la ingesta de gluten en personas genéticamente predispuestas. Aunque no haya síntomas aparentes, la exposición continua al gluten provoca daño en el intestino y malabsorción, lo que abre la puerta a una serie de complicaciones de salud a largo plazo.
La eliminación del gluten de la dieta puede aliviar los síntomas y revertir la inflamación intestinal, pero conlleva una vigilancia y una disciplina constante por parte de la persona.
Es importante que la enfermedad celiaca se diagnostique y se trate lo antes posible. El diagnóstico temprano puede tener muchas ventajas en comparación con el diagnóstico en la edad adulta. Algunas de las diferencias entre el diagnóstico temprano y de adulto son:
- Complicaciones de salud a largo plazo: Si la enfermedad celiaca no se diagnostica ni trata durante un periodo prolongado, puede haber un mayor riesgo de complicaciones a largo plazo, como anemia, osteoporosis, infertilidad, cáncer de intestino delgado y otros problemas de salud relacionados con la falta de nutrientes.
- Crecimiento y desarrollo: Los niños que no reciben tratamiento adecuado para la enfermedad celiaca pueden tener problemas de crecimiento y desarrollo, como retraso en el crecimiento, baja estatura y pubertad tardía.
- Dificultades para adaptarse a una dieta libre de gluten: Las personas diagnosticadas con enfermedad celiaca en la edad adulta pueden tener más dificultades para adaptarse a una dieta libre de gluten debido a la necesidad de cambiar los hábitos alimentarios que se han desarrollado a lo largo del tiempo.
- Mayor conciencia y mejor conocimiento de la enfermedad: El diagnóstico temprano puede permitir que los pacientes tengan una mayor conciencia de la enfermedad y desarrollen un conocimiento más sólido sobre cómo vivir con la enfermedad celiaca y evitar el gluten.
Condiciones médicas que pueden desarrollar los celiacos
Entre las condiciones médicas que pueden desarrollar los celiacos están:
- Anemia: afección en la que no se cuenta con suficientes glóbulos rojos sanos. Casi la mitad de los celiacos tiene anemia.
- Malnutrición: falta de suficientes nutrientes en el organismo que impiden su funcionamiento óptimo.
- Osteoporosis: una de las principales complicaciones a largo plazo de la enfermedad celiaca es la osteoporosis, una afección que debilita los huesos y aumenta el riesgo de fracturas. La absorción deficiente de calcio y vitamina D debido a la inflamación crónica del intestino puede contribuir a la pérdida de masa ósea.
- Enfermedades autoinmunes: la EC puede aumentar el riesgo de padecer este tipo de enfermedades.
Entre las más destacadas están:
- La diabetes mellitus tipo 1: la diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmunitaria en la que el sistema inmunológico ataca y destruye las células productoras de insulina en el páncreas. Algunos estudios sugieren que las personas con enfermedad celiaca tienen un mayor riesgo de desarrollar este tipo de diabetes. Se cree que esto se debe a una predisposición genética compartida y a la respuesta autoinmunitaria similar a ambos trastornos.
- La tiroiditis de Hashimoto: la tiroiditis autoinmunitaria es una inflamación crónica de la tiroides que puede causar hipotiroidismo.
- El lupus eritematoso sistémico (LES): es una enfermedad crónica en el que el sistema inmune ataca el tejido sano y ocasiona inflamación en los órganos. Es común que las articulaciones se vean afectadas.
- Dermatitis herpetiforme: las ampollas aparecen usualmente en codos, rodillas, espalda y glúteos. Es una manifestación de celiaquía.
- Ataxia por gluten: es una condición que aún se está investigando pero que se ha relacionado con la celiaquía, pues una cantidad significativa de las personas que la padecen comparten la misma variante genética que predispone a la EC. En la ataxia los anticuerpos atacan el área del cerebelo causando daño neurológico.
Cáncer: la inflamación crónica del intestino y la mala absorción de nutrientes pueden dañar el ADN de las células y aumentar la probabilidad de mutaciones cancerosas. Las personas con EC se deben someter a pruebas de detección periódicas, más si tienen antecedentes familiares. Además, las personas con EC no tratada también pueden tener deficiencias de hierro y folato, lo que puede aumentar aún más el riesgo de cáncer. Se ha demostrado que la EC y algunos tipos de cáncer comparten ciertos genes y vías inflamatorias que pueden contribuir al desarrollo de cáncer. Pueden tener un mayor riesgo de desarrollar adenocarcinoma de intestino delgado y cáncer colorrectal. El linfoma no Hodgkin (LNH), que afecta al intestino delgado también se ha relacionado con la EC.
Complicaciones reproductivas: esta enfermedad también puede afectar la salud reproductiva. Las mujeres con enfermedad celiaca no tratada tienen un mayor riesgo de aborto espontáneo, parto prematuro y bajo peso al nacer en comparación con las mujeres sin la afección. Además, la enfermedad celiaca no tratada en los niños puede afectar el crecimiento y el desarrollo neurológico, lo que puede resultar en retrasos en el habla, la coordinación y el aprendizaje.
Intolerancia a la lactosa: la razón de esta asociación no está completamente clara, pero se cree que puede estar relacionada con la inflamación y el daño intestinal que ocurre en la enfermedad celiaca, que puede interferir con la producción de lactasa, la enzima que digiere la lactosa. Suele ser reversible para los celiacos una vez que el intestino sane y las vellosidades se recuperen.
Neuropatia periférica: esta condición se ha relacionado también con la EC. Causa debilidad, entumecimiento y dolor, generalmente en las manos y los pies, ocasionado por el daño en los nervios.
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