Transcripción Leyendo con el metrónomo
Al igual que el contenido que escogemos para leer, la velocidad de la lectura la debemos seleccionar dependiendo de lo que queramos obtener y sentir. Para poder elegir una velocidad acorde a nuestros intereses, primero debemos ser capaces de leer rápido; de lo contrario, tendríamos que leerlo todo a un ritmo medio o lento, que quizás no sea el adecuado para lograr el mejor rendimiento.
Las personas sin entrenamiento se estima que leen entre unas 200 y 300 palabras por minuto, cifra que cualquiera puede duplicar siguiendo un plan de ejercicios de lectura diarios que le permitan en lugar de leer por palabras, leer por bloques. El seguimiento de estas prácticas requiere de voluntad, sacrificio, y motivación sustentada en el progreso diario.
En esta presentación hablaremos de las caracteristicas, aplicaciones e importancia del uso del metrónomo durante los ejercicios de entrenamiento de lectura rápida.
El metrónomo
Es un aparato empleado en la música que emite una señal visual o acústica periódicamente con una frecuencia que se ajusta a cada obra musical. Es utilizado por los músicos para mantener el pulso constante al ejecutar una obra.
El metrónomo se emplea también en las prácticas de lectura con los siguientes fines:
- Incrementar la velocidad de lectura.
- Estabilizar ritmos de lectura constantes.
- Erradicar hábitos que limitan las posibilidades lectoras del individuo.
Empleo del metrónomo para incrementar la velocidad de la lectura.
Al planificar la realización de cualquier ejercicio con la finalidad de incrementar el ritmo de tu lectura, debes seleccionar obras sencillas, preferiblemente novelas, biografias o cuentos, para que la comprensión del texto no te obligue a mantener un ritmo lento. Además se recomienda que los incrementos de la velocidad sean muy ligeros y se produzcan una vez por semana, con el fin de consolidar suficientemente los cambios.
Las prácticas de la lectura rápida con metrónomo se recomienda iniciarlas dedicando los primeros cinco minutos a ejercitar la lectura a un paso que consideremos cómodo. Durante ese tiempo las señales del metrónomo nos ayudaran a mantener un ritmo constante, que nos permita leer sin incurrir en faltas y podamos comprender la mayor parte del texto.
Durante los quince o veinte minutos restantes de la práctica, debemos fijar el metrónomo a una velocidad ligeramente superior a la que consideramos cómoda. Este incremento del ritmo de lectura demandará una mayor concentración, por lo que al principio se reducirán los niveles de comprensión y ocurrirán frecuentes cambios de palabras.
La práctica de la lectura esforzándonos hasta el limite, provocará que nuestros ojos y el cerebro se vayan acostumbrando al nuevo ritmo, y con el ejercicio diario (generalmente después de los cinco días) comenzaremos a sentirnos cómodos con él, requisito indispensable para volver incrementar ligeramente la velocidad.
Empleo del metrónomo para mantener los ritmos de lecturas
La mayoría de las personas no mantenemos una velocidad de lectura constante a lo largo de la vida; por lo general solo aquellas que desarrollan una actividad laboral que les exige la lectura de una gran cantidad de documentos o textos en un corto peri
leyendo metronomo