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Tipos de Sesgos Frecuentes en el Trabajo

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Tipos de Sesgos Frecuentes en el Trabajo


Afinidades y Dobles Estándares

En la gestión de equipos, ciertos sesgos distorsionan nuestra percepción de las personas.

El sesgo de afinidad es uno de los más comunes; ocurre cuando sentimos una conexión instantánea y preferente por alguien que se parece a nosotros, ya sea porque estudió en nuestra misma facultad, comparte una afición deportiva o proviene de nuestra misma ciudad.

Imaginemos a un reclutador que favorece inconscientemente a un candidato simplemente porque ambos disfrutan del montañismo, ignorando que otra postulante tiene mejores cualificaciones técnicas pero pasatiempos diferentes.

Por otro lado, el sesgo de atribución genera una interpretación injusta de las conductas según quién las realice.

Tendemos a juzgar a los grupos dominantes por sus intenciones o contexto, mientras que a las minorías las juzgamos por su carácter.

Si un líder masculino golpea la mesa en una reunión, se le puede percibir como "apasionado" o "firme"; si una colega mujer hace exactamente lo mismo, es probable que se la etiquete como "emocional", "histérica" o "sin control".

Asimismo, el sesgo de desempeño crea una barrera invisible: a menudo, a los hombres se les promueve basándose en su potencial ("creo que será bueno en esto"), mientras que a las mujeres se les exige haber demostrado resultados previos y probados antes de considerar su ascenso.

Filtros de Información y Estereotipos

Nuestra mente también filtra la realidad para proteger nuestras creencias previas. El sesgo de confirmación nos lleva a buscar y valorar únicamente aquella información que respalda lo que ya pensamos, descartando lo que nos contradice.

Por ejemplo, si un supervisor cree que los empleados jóvenes son irresponsables, prestará atención desmedida a los cinco minutos que uno de ellos llegó tarde, ignorando que ese mismo empleado se quedó trabajando dos horas extra el día anterior.

A esto se suma el sesgo de negatividad, nuestra tendencia natural a recordar con más fuerza los eventos negativos que los positivos.

Un empleado puede tener un año de desempeño impecable, pero si cometió un error visible en una presentación hace meses, ese fallo pesará desproporcionadamente en su evaluación anual, eclipsando sus logros.

Finalmente, el sesgo de estereotipo encasilla a las personas en roles predefinidos: asumir que la mujer del equipo debe encargarse de organizar el festejo de cumpleaños o tomar las notas de la reunión, simplemente por su género, en lugar de por su rol profesional.

Resumen

El sesgo de afinidad nos hace preferir inconscientemente a quienes se parecen a nosotros, ignorando mejores cualificaciones. El de atribución juzga distinto según el grupo: un hombre firme se percibe como apasionado, mientras que una mujer igual es etiquetada como emocional.

El sesgo de desempeño promueve a los hombres basándose en su potencial futuro, mientras que a las mujeres se les exige probar resultados previos. Además, el sesgo de confirmación nos lleva a valorar únicamente la información que respalda nuestras creencias preexistentes.

El sesgo de negatividad provoca que un solo error eclipse todo un año de desempeño impecable. Finalmente, el estereotipo encasilla a las personas en roles predefinidos, asumiendo por ejemplo que las mujeres deben tomar notas o servir café independientemente de su cargo.


tipos de sesgos frecuentes en el trabajo

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