Superando la Incomodidad y el Miedo

La Parálisis Masculina y la Terapia de Exposición

En la actualidad, existe un fenómeno creciente que podría denominarse "miedo a la interacción" o ansiedad social frente a las colegas mujeres en el entorno laboral.

Estudios indican que una mayoría significativa de hombres, hasta un 60%, se siente incómodo realizando actividades como la mentoría, la socialización o el trabajo individual con mujeres, por temor a que sus acciones sean malinterpretadas.

Esta retracción es contraproducente, ya que aísla a las mujeres de las redes de poder y aprendizaje informal.

Para superar esta barrera, la psicología conductual sugiere un enfoque conocido como "terapia de exposición": la única forma de perder el miedo es interactuar de manera deliberada y frecuente.

Un modelo práctico para implementar esto podría ser una rutina estructurada de interacción profesional.

Por ejemplo, comprometerse a tomar un café virtual o presencial de 30 minutos cada semana con una colega para discutir temas de negocio; dedicar cinco minutos semanales para reconocer formalmente el logro de una compañera; y un minuto para destacar públicamente su contribución frente a otros líderes.

Si las intenciones son genuinamente profesionales y se busca mejorar como aliado, no hay razón para temer; la transparencia es el mejor antídoto contra la desconfianza.

Iniciando Conversaciones con Propósito y Respeto

Una de las dudas más comunes es cómo iniciar estas interacciones sin generar situaciones equívocas. La clave está en la especificidad y el contexto.

Una invitación vaga como "¿Te gustaría salir a beber algo?" puede ser ambigua y generar incomodidad.

En cambio, el acercamiento debe estar anclado en un interés profesional concreto.

Un ejemplo adecuado sería: "He notado que manejaste con éxito la crisis con el cliente X. Me gustaría aprender de tu enfoque para aplicarlo en mi proyecto actual. ¿Podríamos agendar 20 minutos para que me cuentes tu experiencia?".

Este enfoque establece claramente el tono de la relación: es una alianza de aprendizaje, no una interacción social casual.

A partir de ahí, la construcción de confianza se da siendo uno mismo. Es fundamental abordar estas conversaciones con humildad y curiosidad genuina, evitando una actitud de interrogatorio invasivo.

El interés debe centrarse en sus aspiraciones profesionales y visión de negocio. Finalmente, es vital respetar los límites: la inteligencia de género implica entender que la construcción de una relación profesional sólida no requiere cruzar líneas hacia lo excesivamente personal o íntimo.

Resumen

Existe una creciente ansiedad social en los hombres frente a la interacción con colegas mujeres, temiendo que sus acciones sean malinterpretadas. Esta retracción es dañina pues aísla a las profesionales de las redes de poder y aprendizaje informal necesarias para su crecimiento.

Para vencer este miedo, se sugiere la "terapia de exposición" mediante interacciones rutinarias y transparentes. Comprometerse a cafés virtuales o reconocimientos públicos semanales ayuda a normalizar la relación profesional, demostrando que la transparencia es el mejor antídoto contra la desconfianza.

Las invitaciones deben ser específicas y ancladas en intereses de negocio concretos para evitar ambigüedades incómodas. Abordar estas conversaciones con curiosidad genuina sobre sus aspiraciones y respetando los límites profesionales permite construir la confianza necesaria sin cruzar líneas hacia lo personal.