Cómo Pedir y Utilizar el Consejo de Otros para Crecer
Pedir consejo no es un signo de debilidad, sino una estrategia inteligente para acelerar el crecimiento y fortalecer las relaciones.
La clave está en saber cómo pedirlo y, igual de importante, cuándo abstenerse de darlo.
Pedir consejo como una muestra de fortaleza, no de debilidad
A menudo, evitamos pedir consejo por miedo a parecer incompetentes o débiles. Sin embargo, esta perspectiva es errónea.
Nunca dudes en pedir consejo, ya que es una de las mayores muestras de fortaleza y confianza en uno mismo.
Reconocer que no tienes todas las respuestas y buscar activamente la experiencia de otros es una estrategia inteligente.
Te permite beneficiarte de la experiencia y los errores de los demás, lo que te ahorra una cantidad incalculable de tiempo y esfuerzo.
Es la diferencia entre intentar navegar un laberinto a ciegas y pedirle el mapa a alguien que ya lo ha recorrido.
Cómo formular tu petición para que la otra persona se sienta valorada
La forma en que pides consejo es crucial para que la otra persona esté dispuesta a ayudarte. A la gente le gusta sentirse útil y valorada.
Por lo tanto, tu petición debe ser sincera y reconocer su experiencia.
En lugar de un simple "¿Me ayudas?", una formulación mucho más efectiva es: " Creo que, por tu experiencia en este campo, eres la persona ideal para orientarme con esto".
Esta aproximación no solo es un cumplido, sino que le comunica a la otra persona que valoras genuinamente su opinión, lo que fortalece la relación profesional o personal.
Ser específico en tu problema y en el tipo de ayuda que necesitas
Para recibir un consejo útil, tu petición debe ser clara y específica. No basta con explicar el problema de forma general; también debes aclarar tu objetivo y lo que quieres conseguir.
Una petición vaga como "Quiero ser mejor en mi trabajo" es difícil de responder.
Una petición específica como "Mi objetivo es mejorar la eficiencia de mis reuniones. ¿Qué tres estrategias me recomendarías para empezar?" es mucho más efectiva.
Esta claridad le da a la otra persona un marco de referencia concreto y le permite ofrecerte un consejo práctico y directamente aplicable.
La otra cara: saber cuándo no dar consejos no solicitados
Tan importante como saber pedir consejo es saber cuándo no darlo.
Es un error común asumir que, cuando alguien comparte un problema contigo, está buscando una solución.
A menudo, la persona no viene necesariamente en busca de consejo; simplemente necesita desahogarse, ser escuchada y que sus sentimientos sean validados.
Ofrecer consejos no solicitados es a menudo molesto y puede ser percibi
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