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La Paradoja del Chimpancé

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La Paradoja del Chimpancé


La "Paradoja del Chimpancé" es una poderosa metáfora para comprender la dinámica interna entre nuestra mente emocional y nuestra mente racional, que a menudo se manifiesta como una lucha interna en momentos de conflicto.

Este modelo simplifica el funcionamiento del cerebro humano, dividiéndolo en dos entidades pensantes que interpretan nuestras experiencias de forma independiente, pero que trabajan juntas.

El Chimpancé (Mente Emocional)

El "chimpancé" representa la parte emocional de nuestro cerebro, el sistema límbico.

Es impulsivo, se guía por los sentimientos y las impresiones, y su función principal es garantizar la supervivencia.

Este chimpancé es cinco veces más rápido y cinco veces más fuerte que el humano, lo que explica por qué en un conflicto, las emociones pueden "secuestrar" nuestra razón y llevarnos a una reacción impulsiva.

La información llega primero al chimpancé, que reacciona instintivamente con una respuesta de lucha o huida, una herencia de nuestros antepasados que hoy en día no siempre es la más útil para resolver un problema.

El Humano (Mente Racional)

Por otro lado, el "humano" representa la parte racional del cerebro, el córtex prefrontal, que se guía por la lógica, la razón y el pensamiento complejo.

Es la parte de nosotros que planifica, evalúa las consecuencias y busca soluciones constructivas.

El humano, al ser más lento que el chimpancé, puede perder el control de la situación si no está preparado.

La clave para el éxito y la felicidad, según esta paradoja, no es intentar controlar al chimpancé con la fuerza de voluntad, ya que es una batalla que el humano siempre perderá, sino aprender a gestionarlo.

Gestionando la Paradoja

Gestionar al chimpancé implica reconocer que es una parte natural de nosotros mismos y no confundirse con él.

No somos responsables de la naturaleza de nuestro chimpancé, pero sí de su gestión.

Esta gestión se logra a través de varias estrategias, como nutrirlo y recompensarlo adecuadamente.

Por ejemplo, se puede buscar reconocimiento o aprobación a través de elogios o celebrando los logros personales.

Ejercitar al chimpancé es también crucial, lo que se puede hacer expresando las emociones de forma asertiva en un lugar seguro y con la persona adecuada, o a solas si es necesario.

La gestión del chimpancé implica escuchar sus emociones, reconocer que son pasajeras y luego dejar que el humano elija las acciones sensatas a seguir.

De esta forma, el humano mantiene el control, y el chimpancé no interfiere en la resolución de un conflicto.

Resumen

La Paradoja del Chimpancé es una metáfora para entender la dinámica entre la mente emocional y la mente racional. El "chimpancé" representa la parte emocional del cerebro, impulsiva y guiada por sentimientos.

El "humano" representa la mente racional, que se guía por la lógica y busca soluciones constructivas. El chimpancé, al ser más rápido, puede "secuestrar" la razón.

La clave no es controlar al chimpancé con la fuerza de voluntad, sino gestionarlo. Se logra nutriéndolo, expresando las emociones y dejando que el humano elija las acciones sensatas a seguir.


la paradoja del chimpance

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