Los Tres Objetivos Principales de la Comunicación
Objetivo 1: Solicitar una acción o servicio
Una de las intenciones más comunes y directas en la comunicación es la de solicitar una acción específica por parte del interlocutor.
Este objetivo es fundamentalmente transaccional y se centra en lograr que la otra persona realice una tarea concreta.
La claridad en este tipo de comunicación es esencial para asegurar que la petición sea comprendida y ejecutada correctamente.
Por ejemplo, cuando le pides a un colega que revise tu presentación antes de una reunión importante, le estás solicitando un servicio de retroalimentación.
De manera similar, cuando un miembro de tu equipo te pide que lo incluyas en una cadena de correos electrónicos relevante, su objetivo es obtener acceso a información mediante una acción tuya.
En todos estos casos, el propósito es claro: la comunicación se utiliza como una herramienta para movilizar a otros y obtener un resultado tangible y específico.
Objetivo 2: Informar o hacer reflexionar
El segundo gran propósito de la comunicación es informar o estimular la reflexión en el receptor.
A diferencia de la solicitud, este objetivo no busca necesariamente una acción inmediata, sino la transferencia de conocimiento o la provocación de un análisis.
Cuando presentas los resultados trimestrales a tu equipo, tu intención principal es informar sobre el rendimiento y el estado actual de los proyectos.
Otro ejemplo es cuando, después de asistir a una capacitación, compartes lo que has aprendido con tus compañeros para que ellos también se beneficien de ese conocimiento.
Este objetivo también se aplica al dar retroalimentación constructiva, donde la meta no es dar una orden, sino invitar a la otra persona a reflexionar sobre un comportamiento o una acción específica para fomentar su desarrollo profesional.
Objetivo 3: Cambiar el estado emocional de una persona o grupo
Finalmente, un objetivo poderoso y a menudo más sutil de la comunicación es el de influir o cambiar el estado emocional de una o más personas.
Esta intención se enfoca en el impacto afectivo del mensaje.
Por ejemplo, un líder de ventas puede dar un discurso enérgico con la clara intención de motivar a su equipo para que alcancen sus metas mensuales, transformando la posible apatía en entusiasmo.
De igual forma, este objetivo está presente cuando se interviene para disipar la tensión entre dos compañeros de trabajo o cuando se inicia una conversación difícil con el fin de resolver un conflicto y aliviar un ambiente hostil.
En estos escenarios, el éxito de la comunicación no se mide por la acción realizada o la información transmitida, sino por la transformación emocional lograda en el interlocutor.
Resumen
Uno de los objetivos más comunes es solicitar una acción, una comunicación transaccional que se centra en lograr que otro realice una tarea. La claridad en este tipo de comunicación es esencial para una correcta ejecución.
Un segundo gran propósito es informar o estimular la reflexión en el receptor, buscando la transferencia de conocimiento sin una acción inmediata. Esto se aplica al presentar resultados o al dar retroalimentación constructiva para el desarrollo.
Finalmente, un objetivo poderoso es cambiar el estado emocional de una persona o grupo, enfocándose en el impacto afectivo del mensaje. El éxito se mide por la transformación emocional lograda en el interlocutor.
los tres objetivos principales de la comunicacion