Ajustando el Nivel de Detalle a la Personalidad de la Audiencia
Identificar si la audiencia prefiere detalles o una visión general
Más allá del nivel de experiencia, la personalidad individual de cada interlocutor influye profundamente en cómo prefiere recibir la información.
Las personas tienden a procesar la información de dos maneras principales: algunos son orientados a los detalles, mientras que otros son orientados a la idea general.
Una persona orientada a los detalles se siente más cómoda con datos concretos, cifras, estudios y un desglose minucioso de la información.
Por el contrario, alguien orientado a la idea general prefiere una visión panorámica, un resumen ejecutivo de "alto nivel", y puede sentirse abrumado o perder el interés si se ve inmerso en demasiados pormenores.
Un comunicador eficaz debe ser capaz de identificar esta preferencia y adaptar la profundidad de su mensaje, proveyendo un análisis exhaustivo para los primeros y un resumen estratégico para los segundos, evitando así una desconexión con su audiencia.
Adaptar el estilo de comunicación a personalidades autónomas vs. estructuradas
Otra dimensión de la personalidad que afecta la comunicación, especialmente al delegar tareas o hacer peticiones, es la preferencia por la autonomía o la estructura.
Algunas personas tienen una personalidad autónoma y valoran la flexibilidad; prefieren que se les asigne un objetivo y se les dé la libertad de encontrar la mejor manera de alcanzarlo sin un guion estricto.
Otras, en cambio, poseen una personalidad estructurada y se sienten más seguras y eficientes cuando reciben un plan detallado que especifica claramente los pasos a seguir para ejecutar una idea.
Dado que cada persona es diferente, el estilo de comunicación debe adaptarse.
Ofrecer un plan detallado a una persona autónoma puede ser percibido como microgestión, mientras que dar solo un objetivo general a una persona estructurada puede generarle ansiedad e ineficiencia.
Cómo observar y preguntar para entender las preferencias de la audiencia
La clave para identificar estas preferencias de personalidad no es adivinar, sino observar y escuchar activamente.
Se puede aprender mucho prestando atención al comportamiento y a las preguntas que hace nuestro interlocutor.
Por ejemplo, ¿la persona suele pedir con frecuencia datos, estudios o pruebas para respaldar las afirmaciones? Este es un claro indicador de una mentalidad orientada a los detalles.
¿Tiende a interrumpir los detalles para preguntar por el objetivo final o el "porqué" de una estrategia? Esto sugiere una preferencia por la visión general.
Al observar estos patrones a lo largo del tiempo, podemos construir un entendimiento más profundo de cómo prefiere comunicarse nuestro interlocutor y, en consecuencia, ajustar nuestro estilo para ser mucho más persuasivos y efectivos.
Resumen
Más allá de la experiencia, la personalidad influye en cómo se prefiere recibir la información. Algunos son orientados a los detalles, mientras que otros prefieren una visión general y se abruman con pormenores innecesarios.
Otra dimensión de la personalidad es la preferencia por la autonomía o la estructura al delegar tareas. Algunas personas valoran la flexibilidad, mientras que otras se sienten más seguras y eficientes con un plan detallado.
La clave para identificar estas preferencias no es adivinar, sino observar y escuchar activamente el comportamiento y las preguntas del interlocutor. Al observar estos patrones, podemos ajustar nuestro estilo para ser más persuasivos.
ajustando el nivel de detalle a la personalidad de la audiencia