Metodología de Análisis
La importancia del Contexto
Es absolutamente fundamental entender que el lenguaje corporal debe ser interpretado siempre dentro de su contexto. Esta es la regla de oro.
Un gesto, analizado de forma aislada, carece de significado fiable y puede llevar a conclusiones erróneas. Por ejemplo, cruzar los brazos es un gesto ambiguo.
Podría significar que la persona está cerrada a la discusión o a la defensiva; sin embargo, también podría significar simplemente que la temperatura de la habitación es baja y tiene frío.
Es imperativo analizar la situación en la que ocurre el gesto. Un gesto en una reunión profesional no tendrá necesariamente el mismo significado que en un encuentro social.
La búsqueda de Conglomerados (Grupos de gestos)
En lugar de depender de una sola señal, un análisis preciso requiere buscar "conglomerados" o grupos de gestos. No se puede extraer una conclusión válida de un solo gesto.
Por ejemplo, si una persona se rasca la cara una vez, lo más probable es que simplemente tuviera picor.
Sin embargo, si ese gesto se repite y, además, va acompañado de otras señales de estrés (como evitar el contacto visual, mover nerviosamente el pie, frotarse el cuello o adoptar una postura cerrada), entonces podemos tener una confianza mucho mayor en que esa persona está experimentando incomodidad o ansiedad.
No se puede entender una frase analizando una sola palabra.
Coherencia vs. Contradicción
Debemos analizar la coherencia entre el canal verbal (las palabras) y los múltiples canales no verbales (cuerpo, rostro, voz).
Si nos centramos únicamente en las palabras que oímos, podemos pasar por alto un mensaje completamente contradictorio que está siendo enviado por la fisiología del hablante.
Por ejemplo, si un colega afirma verbalmente "Sí, estoy totalmente de acuerdo", pero mientras lo dice, niega sutilmente con la cabeza o cruza los brazos con fuerza, existe una incongruencia.
En estos casos, la regla es confiar en la señal no verbal, ya que el cuerpo a menudo revela la emoción o intención verdadera.
Dimensiones del Gesto (Amplitud, Velocidad, Simetría)
Finalmente, al analizar los gestos (especialmente los ilustradores que acompañan el habla), debemos prestar atención a sus cualidades técnicas.
La amplitud del gesto (qué tan grandes o expansivos son los movimientos) suele indicar el nivel de emoción o entusiasmo del orador.
La velocidad del gesto se relaciona con el autocontrol; los movimientos rápidos pueden indicar nerviosismo o pasión, mientras que los movimientos lentos sugieren calma o deliberación.
La repetición de un gesto se utiliza, consciente o inconscientemente, para dar énfasis a un punto.
La simetría (si ambos lados del cuerpo, por ejemplo, ambas manos, hacen movimientos similares) sugiere ecuanimidad y sinceridad.
Por último, la sincronía es vital: el gesto debe ocurrir al mismo tiempo que la palabra a la que apoya.
Un gesto que aparece después de la palabra suele percibirse como falso o poco sincero.
Resumen
La regla de oro es interpretar el lenguaje corporal siempre dentro de su contexto. Un gesto aislado carece de significado fiable; cruzar los brazos puede ser defensa o simplemente frío.
Se deben buscar "conglomerados" o grupos de gestos. Un solo gesto no permite extraer conclusiones válidas; se necesita observar varias señales de estrés juntas, como rascarse y evitar la mirada.
Analice la coherencia entre el canal verbal y los no verbales. Si hay contradicción, como decir "sí" mientras se niega con la cabeza, confíe siempre en la señal no verbal.
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