Se responsable con los consejos que brindas
Ser un coach de vida no es una profesión cualquiera, sin llegar a ser un personal profesional de la salud, nuestra misión se enfoca en elementos de alta sensibilidad, que impactan de forma notable en el desarrollo personal y profesional de aquellos que confian en nosotros. El coaching de vida debe desarrollarse bajo un estricto apego a la ética, el humanismo y la responsabilidad. Una mala decisión de nuestra parte puede ocasionar problemas de gran magnitud para la vida de nuestros clientes, es por ello que existen una serie de factores que debemos de tomar en cuenta antes de brindar un consejo, estrategia o acción a seguir.
Durante el desarrollo de la presente guía estaremos abordando algunos de los aspectos básicos que deberás tener en cuenta antes de brindar un consejo a tus clientes, esto con el fin de que puedas mantener la mayor responsabilidad posible con las decisiones que tomas y las indicaciones que realizas.
Ante la duda es mejor no actuar
El coach, como ser humano al fin, también padece de dudas e inseguridades por muy bien que se encuentre preparado en su materia. Estas dudas son un reflejo de la ausencia de determinados conocimientos en cuanto a un hecho puntual. La mejor manera de entender cómo debemos de actuar ante la presencia de dudas, es pensar como lo hace un doctor. Es inadmisible la idea de que un doctor se arriesgue a orientar un tratamiento si no está seguro del diagnóstico que ha realizado.
Como mismo el doctor no realiza acción alguna con su paciente hasta tener un diagnóstico claro, tú deberás limitarte en tus recomendaciones hasta que logres entender la dimensión exacta de la problemática con la que estás lidiando y el perfil del cliente con el que estás tratando. Es por ello que se recomienda ahondar lo suficiente en el cliente durante las sesiones de descubrimiento. Estas sesiones son para el coach, lo que para el médico un diagnóstico. Orientar consejos y acciones erróneas es peor que detenernos y tomarnos el tiempo suficiente para elaborar estrategias coherentes con el problema que estamos tratando.
Si el problema excede a tus capacidades, recházalo
Debemos tener la humildad suficiente para reconocer cuándo un cliente se acerca a nosotros con un problema que excede a nuestras capacidades. Si sabemos de antemano, que no estamos lo suficientemente preparados para contribuir a la satisfacción de los intereses de quien acude a nosotros, debemos rechazar el caso sin dudarlo.
No es ético de nuestra parte aceptar a un cliente si no le vamos a aportar un valor por el pago que realizará en nuestros servicios, peor que lo que acabamos de mencionar, es arriesgarnos a orientarle una serie de acciones sin certeza alguna de que serán provechosas para su persona, ya que esto pudiese desencadenar en efectos adversos no deseados, que perjudiquen aún más el estado actual del cliente.
Realiza un adecuado seguimiento a los consejos que brindas
Equivocarse es de humanos, todos podemos hacerlo independientemente de la profesión que ejecutemos. Es por ello que siempre debes estar preparado para corregir una estrategia si la situación lo amerita. Una vez que brindas un consejo no puedes desligarte del caso sin saber los efectos reales que ha provocado el mismo en tu cliente. Procura realizar un adecuado seguimiento de cada una de las orientaciones que realizas para evaluar si deben ser corregidas, complementadas con otras, o si efectivamente son acertadas para los objetivos que se persiguen.
Realizar un seguimiento de las acciones propuestas al cliente es una muestra de responsabilidad y respeto hacia tu trabajo, por lo que será bien percibido por tu clientela.
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