Transcripción Desmitificando prejuicios y sus efectos
En las relaciones interpersonales hay principios que favorecen o, por el contrario, limitan el desarrollo saludable de la comunicación, impidiendo el intercambio necesario de información enriquecedora para todos los implicados en el proceso.
Por eso para un coach de vida entender la manera correcta de relacionarse con sus clientes es muy importante, pues de la calidad de la interrelación entre ambos, dependerá el intercambio de opiniones e ideas que le brinde al coach suficiente conocimiento acerca de la persona con la que está trabajando, y así poder orientarla de forma más precisa en su proceso de desarrollo personal.
Relaciones de trabajo saludables
Cuando un cliente inicia el camino de su desarrollo personal, ya ha dado un paso positivo en el hecho de asumir su verdad: está consciente que necesita ayuda; pero al mismo tiempo, trae con él, sus limitaciones, entre ellas, puede que también tenga prejuicios respecto a diferentes aspectos de la realidad.
Corresponde entonces al coach desde las primeras sesiones de trabajo entender la verdad que define a esta persona y desde ese lugar, sin juicios preconcebidos, poder implementar el proceso de crecimiento personal de su cliente.
Para que el tiempo de las sesiones de trabajo con el cliente sean productivas, la premisa fundamental del coach deberá ser siempre comprender al cliente para ayudarlo de manera efectiva con estrategias personalizadas.
El coach profesional sabe que las ideas modelan, a través de las emociones la manera de comportarnos con los demás, y esto implica separar su concepción personal de la realidad cultivando así una mentalidad abierta, flexible, que le hace ver a las personas desde el respeto a su individualidad. y desde una sincera aceptación.
Partiendo de la verdad irrefutable de que todos somos imperfectos y nos vamos mejorando cada día, el coach se sensibiliza con su cliente, y no permite que las apariencias lo desvien del verdadero objetivo que es ayudarlo a reconocer la realidad que está viviendo para que tome acción y consiga avanzar en su proceso de desarrollo personal.
Cambiando la percepción
Al guiar a un cliente, independientemente de su experiencia práctica, un coach debe poner especial cuidado en mantener al mínimo nivel el riesgo de malograr la relación que ha cultivado con el cliente durante las sesiones de trabajo y tener en cuenta que esta persona a quien está guiando puede sentir muchas dudas y ser vulnerable.
Aquí la compasión no ayuda, pero presionar a la persona al punto de causarle malestar tampoco. Como en casi todo, el equilibrio adecuado rinde beneficios para el crecimiento de su cliente.
El profesional del coaching también es consciente de que es observado por su cliente, quien, aunque necesita ayuda para revertir situaciones negativas de su realidad, también puede ser una persona con prejuicios, y valorar a su coach desde un punto de vista que no le permita sentirse cómodo y crear una conexión sólida, pues sus prejuicios no hacen al coach confiable para él. Es tarea del profesional identi8ficar las posibles razones que sustentan esta opinión sabiendo que cuanto antes creen un vinculo de trabajo confiable y cómodo, más pronto podrá implementar la ayuda.
Esta búsqueda de la verdad personal d
prejuicios