Crees que utilizando el silencio como arma decisoria en tu comunicación ya estás escuchando. Pero, mientras estas callado(a) ¨escuchando¨ la introducción, desarrollo y conclusiones del monólogo en cuestión, ¿estas analizando una a una las palabras? O por el contrario en tu mente se retransmite con cierta frecuencia la letra de una canción, la discusión que tuviste con tu hermano mayor o la del video gracioso que no parabas de reir de un bizcochito bailando. En ciertos momentos sentimos que volvemos en si, como si hubieran presionado ¨pause¨ y luego ¨play¨ a la conversación y hay que hacer hincapié en que por muy monótona que se torne, este proceso de ¨desconectarnos¨, no está relacionado a lo que es en si escuchar, perdiéndonos matices reveladores de la información.
Esa canción te recuerda a ella. Cada vez que la oyes sientes como si una parte de ti se activara por completo. Para oir necesitas los oidos, valga la redundancia y para interpretar, el resto de nuestros sentidos con el jefe principal: el cerebro.
Asi funciona: los oidos captan un sonido, una melodia, unas ondas sonoras que viajan como impulso eléctrico hacia tu cerebro para transformarse en una señal que es interpretada en forma de canción. Interpretación que surge de conocer el lenguaje, y el sentido que le brindes. Si escuchas: ¨La vida es maravillosa¨ es porque ya oiste el sonido que le precedió e interpretaste que solo existian mágicos momentos para vivir.
La escucha activa es superior, utilizamos ciertas pautas, actitudes o habilidades para ¨activar¨ una interpretación más certera de la realidad, teniendo en cuenta estos elementos, que a continuación se muestran:
Si bien es cierto que se hace dificil escuchar de una manera activa. Existen ciertos detalles, opacados por bloqueos u obstáculos que nos imponemos sin darnos cuenta, impidiéndonos escuchar:
Una vez planteada las piedras en el camino para lograr alcanzar el éxtasis de una escucha activa y significativa estamos en condiciones de definir su importancia, definir la importancia que lleva en si una comunicación basada en el escuchar, nos permite entender, y facilitar una toma de conciencia y consigo la resolución o al menos elaboración de consejos para solucionar el conflicto, o permitirnos ser más confiable y cercano con el otro, otorgándole con ello, un lugar de atención.
En la medida que escuchemos más, nos conoceremos más al detalle, porque suscitaran ciertas emociones que se hacen necesario descubrir al vernos reflejados en las historias que nos cuentan.El escuchar se impregna de ciertos conceptos y juicios mentales.Saber distinguirlos y gestionarlos nos inducirá a descubrir la distancia entre percepción y realidad. Piénsenlo de este modo.
si solo escucho basándome en lo que creo, en lo que intuyo que es y lo que estoy convencido(a) que es, ¿Qué grado de atención tiene nuestra escucha, si solo nos estamos escuchando a nosotros mismos? Desarrollar una escucha activa nos acercará más al otro, y a nuestro ser empático. Si enfocamos nuestros sentidos hacia la dirección correcta, sabiendo cuando intercede nuestro voz, identificaremos los verdaderos problemas y juicios que arrastra la persona que nos confio sus problemas para ayudarle. ¿No crees?