Transcripción Aprende de tus carencias
Si de progreso y de desarrollo personal hablamos, aprender a conocernos es una de las tareas de primer orden para toda persona. Nuestras carencias pueden ser una fuente de información de gran valor, ya que estas marcan los puntos en los que debemos centrar nuestra atención si queremos perfeccionar nuestras habilidades y aptitudes para construir una mejor versión de nosotros mismos.
Aceptar lo que somos y luchar por superar nuestras carencias, no son ideas contradictorias. Cuando nos aceptamos tal y como somos también aprendemos a identificar nuestras flaquezas, de esta forma aceptamos la existencia de estas, lo que no implica que no podamos trabajar por mejorarlas con el fin de superarnos día a día. Durante el desarrollo de la presente guía, estaremos abordando algunos de los elementos más importantes que giran en torno a este tema, con el fin de que puedas comenzar a aprender de tus carencias para utilizar este conocimiento a favor de tus intereses.
Identificar nuestras carencias
Cuando decidimos centrar nuestros esfuerzos en acelerar nuestro desarrollo personal mediante el trabajo intensivo en superar nuestras carencias, el primer paso es aprender a identificar cada carencia desde una visión critica y desapegada de elementos emocionales que puedan sesgar la visión que tenemos sobre nuestra persona. Identificar nuestras carencias puede ser más complejo de lo que creemos, esto se debe a que por lo general nos cuesta mucho criticarnos a nosotros mismos y aceptar que tenemos debilidades en las que podemos trabajar.
Para llevar a cabo este proceso con efectividad, lo más esencial es que entendamos que este ejercicio está dirigido a mejorar los aspectos más débiles de nuestra personalidad, por lo que la tarea inicial será justamente, hacer una tabla en la que enumeremos cuáles son los elementos fuertes y los elementos débiles que nos definen. Esta tabla o lista pretende distinguir entre nuestras fortalezas y nuestras debilidades. Las debilidades se encuentran enunciadas en orden de interés, atendiendo a las que nos impactan de manera más negativa en primer orden.
Trabaja en tus debilidades
Una vez que hemos sido capaces de identificar nuestras debilidades procederemos a trabajar en la superación de estas. Normalmente las debilidades identificadas suelen distinguirse entre las que provienen de elementos de formación y las que se originan en aspectos que son intrinsecos a nuestra personalidad.
Las debilidades provenientes de los elementos de formación son las más sencillas de erradicar, ya que estas se deben a la falta de conocimientos en determinada materia, lo que provoca que no podamos destacarnos en esos asuntos o mostremos inseguridades al tratar con ellos. Mediante la identificación de estas debilidades, solo queda complementar la información que necesitamos mediante la preparación personal. Una vez logremos rellenar el conocimiento ausente, estás debilidades desaparecerán por completo.
El segundo grupo de debilidades, las relacionadas a los elementos intrinsecos a nuestra personalidad, son mucho más complejas de superar, si tenemos en cuenta que no es sencillo moldear patrones que han sido establecidos en nuestra conciencia a lo largo de los años. Trabajar en estas debilidades es una tarea del día a día, si bien es complejo, es posible mejorar los rasgos de nuestra personalidad si somos capaces de identificar cuáles son las fuentes que están provocando estos comportamientos en nosotros.
Potencia tus fortalezas
Parte del beneficio de identificar nuestras debilidades también se encuentra en reconocer cuáles son nuestras fortalezas. Si somos capaces de potenciar nuestras fortalezas, podemos destacar en nosotros los aspectos que nos ayudan a sobresalir y mostrar una imagen positiva. No debes avergonzarte de mostrar tus fortalezas, al igual que no te avergüenzas de tener debilidades, ambas son parte de tu personalidad y por ende configuran la imagen que proyectas como ser social.
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