Principios que rigen el proceso de coaching

Los principios antes expuestos proporcionan la base ética y estructural del coaching, pero un principio que debe regirlo todo es el método científico. Es fundamental fomentar un enfoque reflexivo y basado en datos durante el proceso de coaching para no perder la perspectiva y tomar decisiones acertadas.

Mediante el método científico, se promueve la búsqueda de respuestas a preguntas cruciales en el proceso de mejora personal y profesional. La curiosidad y la voluntad de cuestionar y explorar son impulsadas por este método, que consiste en plantear hipótesis, realizar experimentos en la vida real, analizar datos y extraer conclusiones.

En un contexto de coaching, el método científico se convierte en una herramienta poderosa para abordar los obstáculos, evaluar el rendimiento y determinar qué acciones conducen a resultados positivos. Así, este enfoque sistemático no solo contribuye al crecimiento del coachee, sino que también promueve una mentalidad analítica y orientada a la mejora constante en su liderazgo y vida en general.

Eso es muy importante porque si los resultados no se pueden replicar, no aprenderemos nada. Partiendo de los datos conocidos se pueden realizar algunos cambios en las condiciones y luego al ver lo que sucede con los datos, ajustar lo necesario.

De esta forma podemos conocer lo que funciona, y lo que no. Descubrir lo que no funciona es importante también. De esta forma contamos con una serie de experimentos que conducen a un mejor rendimiento.

El trabajo del coach y sobretodo de un coach de liderazgo es ayudar al cliente a que piense científicamente. Por lo tanto, lo debe instar a reflexionar sobre los datos. El cliente debe ser capaz de preguntarse sobre lo que cree que está sucediendo. De esta forma, pueden intentar diferentes aproximaciones al asunto de interés y revisar los resultados posteriormente para encontrar soluciones.