Transcripción Principios para desarrollar buenas relaciones con terceros
Nuestro bienestar general, se compone de una serie de aristas que demandan de nuestras acciones para lograr un estado de satisfacción plena. Entre estas aristas, la arista de las relaciones sociales es una de las más significativas por su estrecha interrelación con el resto de las mismas.
La forma en que nos relacionamos y las personas que de una forma u otra vamos sumando a nuestro circulo de amistades, constituyen pilares de apoyo en nuestro proceso de desarrollo personal y espiritual. Relacionarse con terceros es una habilidad que debemos desarrollar a través del fomento de una serie de principios que se sustentan en la empatia, el respeto y la honestidad.
Durante el desarrollo de la presente guía, estaremos ahondando en esta serie de principios, como herramientas a desarrollar a la hora de mejorar nuestro trato con terceras personas.
La empatia
La empatía es una de las habilidades sociales más importantes que puede desarrollar un ser humano. Como principio, la empatía nos motiva a posicionarnos en el lugar de la otra persona para lograr percibir los distintos sucesos desde la visión y el sentimiento de esta. Ser empáticos nos permite aproximarnos desde el sentimiento ajeno, comprender cómo pueden afectar nuestras palabras y acciones.
Normalmente, visualizamos el mundo desde nuestra propia óptica, creemos que todas las personas son como nosotros, sin llegar a valorar que hay personas que son más sensibles, menos solidarios, con valores más arraigados o que simplemente tienen un carácter formado por otras vivencias y experiencias. Esta habilidad es muy utilizada dentro del arte de la negociación, entender cómo se siente la otra persona te brinda una amplia gama de información que podrás utilizar a tu favor, en la construcción de lazos sociales sólidos.
El respeto
El respeto es una de las directrices en el fomento de buenas relaciones sociales con terceras personas. Ser respetuosos es entender que podemos estar a favor o en contra de algo, pero no por ello tenemos que ser intolerantes o permitir que eso que nos molesta sea un impedimento en nuestro trato con personas ajenas. Para construir una relación social, no necesitas que te guste todo en la otra persona o que esta sea idéntica a ti. Es suficiente con que los valores básicos que definen a buen ser humano se encuentren presentes en aquella persona a la que deseas aproximarte, para empezar a entablar una relación con ella.
Cuando aprendemos a ser respetuosos también nos ganamos que las otras personas sean respetuosas con nosotros y con nuestra forma de pensar. No está mal que hagas notar tu desacuerdo con alguna idea, siempre que no intentes imponer la tuya o hacer que la otra persona se tenga que adaptar a
buenas relaciones