Ejercicio de Visualización. Un Primer Encuentro
El Poder de la Visualización
La visualización es una herramienta muy útil que nos proporciona imágenes reales de nuestro niño interior para poder conectar con él.
Este ejercicio guiado te ayudará a aceptar más fácilmente el concepto del niño interior y a comenzar el proceso de sanación.
Es una meditación que requiere aproximadamente unos veinte minutos, por lo que es importante que encuentres un momento de tranquilidad.
Paso 1. La Preparación del Entorno y la Mente
Antes de empezar, debes encontrar una posición cómoda y un lugar seguro donde no vayas a ser molestado durante el ejercicio.
Comienza cerrando los ojos y tomando varias respiraciones profundas para que tu cuerpo y tu mente empiecen a relajarse.
Imagina una luz cálida en tu cabeza que se expande lentamente, relajando todos los músculos de tu cuerpo desde la cabeza hasta los pies.
Siente cómo con cada respiración te liberas de la tensión y te sumerges en una profunda sensación de paz y seguridad.
Paso 2. El Viaje Seguro hacia el Pasado
Ahora, imagina que viajas de forma segura hacia atrás en el tiempo, adentrándote en tus propios recuerdos y experiencias pasadas.
Es muy importante que recuerdes que, como adulto, tú estás totalmente a cargo y seguro durante todo este viaje.
Busca en tu memoria un momento de tu infancia en el que necesitaste ayuda, consuelo o amor y te sentiste solo.
Una vez encuentres esa memoria, busca con calma y confianza al niño que eras en esa situación para poder observarlo.
Durante este proceso, recuerda que tú eres el adulto que observa, no te estás convirtiendo de nuevo en el niño.
Paso 3. El Acto de Protección y Rescate
Si en esa memoria hay algún adulto que está criticando o dañando al niño, dirige tu atención hacia él.
Con la autoridad de tu yo adulto, levanta tu mano y dile con firmeza: "Para, ya no más, tienes que irte".
Usa tu poder para alejar a esa persona de tu niño interior hasta que haya desaparecido por completo de la escena.
Paso 4. El Momento de la Sanación y el Consuelo
Ahora, acércate lentamente a tu niño interior, que podría estar asustado o desconectado, y sé muy paciente con él.
Puedes decirle: "Sé que no confías en mí, pero estoy aquí y no voy a abandonarte nunca, está bien sentir lo que sientes".
Cuando lo sientas correcto, toma al niño en tus brazos o sostenle las manos para ofrecerle consuelo y conexión física.
Mírale a los ojos y dile estas palabras sanadoras: "No fue tu culpa, no hiciste nada malo, te quiero tal y como eres".
Paso 5. La Integración en el Presente
Una vez que el niño se sienta seguro, llévalo a un lugar de sanación, que puede ser real o imaginario.
Finalmente, cuando estés listo, trae al niño contigo al momento presente y permite que su cuerpo se fusione con el tuyo.
De esta forma, el niño deja de estar atrapado en el pasado y se queda contigo en un lugar seguro.
Resumen
La visualización es una herramienta para conectar con tu niño interior. Este ejercicio guiado inicia con la preparación: busca un lugar tranquilo y relaja tu mente.
Viaja a una memoria donde te sentiste solo y, como adulto, protege a ese niño. Aleja a quien le haga daño y acércate a él con paciencia.
Ofrécele consuelo físico y dile palabras sanadoras como “no fue tu culpa”. Finalmente, tráelo contigo al presente, integrándolo para que ya no esté atrapado.
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