Cómo la Represión se Convierte en Ansiedad
La Acumulación Interna de Emociones
Las emociones que no han sido expresadas, como la furia o la tristeza, no desaparecen por sí solas.
En lugar de desvanecerse, estas se acumulan en nuestro interior, convirtiéndose en una carga muy pesada con el tiempo.
Mantener estas emociones reprimidas y ocultas requiere una enorme cantidad de energía mental y física por nuestra parte.
Este cúmulo de disgustos no resueltos comienza a fermentar en nuestro interior, afectando nuestra capacidad para experimentar emociones positivas.
El Mecanismo de Control. "Mantener la Tapa Puesta"
Para contener este torrente emocional, desarrollamos un mecanismo de control con el que intentamos "mantener la tapa puesta".
Es como si hubiéramos arrojado todas nuestras heridas y furias dentro de un gran contenedor y le hubiéramos puesto una tapa encima.
Este esfuerzo constante por mantenerlo todo bajo control nos impide mostrar nuestro verdadero yo y afecta a nuestras relaciones.
Vivimos con el temor de que alguien pueda abrir ese contenedor y ver todo lo que hemos guardado en su interior.
La Transformación. De la Represión a la Ansiedad
El mayor coste de reprimir nuestras emociones de esta manera es que este mecanismo de control se transforma en ansiedad.
Toda la energía que utilizamos para mantener las emociones bajo control se manifiesta como un estado de ansiedad crónica en la edad adulta.
Además de la ansiedad, esta represión también puede conducir a otras conductas compulsivas, como las adicciones o las tendencias neuróticas.
El Miedo a Perder el Control
La ansiedad crónica es, en esencia, el miedo constante e intenso a perder el control sobre todas esas emociones reprimidas.
Es el temor a que la "tapa del contenedor" salte por los aires y todo el dolor y la furia acumulados salgan sin control.
Este miedo a estar fuera de control se convierte en una especie de locura que nos hace desconfiar del mundo y verlo como un lugar inseguro.
El niño interior que llevamos dentro se encuentra completamente paralizado por este miedo abrumador a las propias emociones.
La Solución. Reconectar con el Niño Interior
La única manera de poder sanar esta ansiedad es dejar de reprimir y empezar a reconectar con esa parte de nosotros.
Debemos acercarnos a ese niño interior asustado, que es quien realmente contiene todo ese dolor y todas esas emociones no procesadas.
El camino hacia la sanación comienza cuando le ofrecemos a esa parte de nosotros el perdón, la compasión y la comprensión que necesita.
Resumen
Las emociones no expresadas, como la furia, se acumulan en nuestro interior. Para contenerlas, usamos un mecanismo de control, como poner una tapa a un contenedor.
Toda la energía usada para reprimir se transforma en ansiedad crónica. Esta es, en esencia, el miedo constante e intenso a perder el control de ellas.
La única manera de sanar esta profunda ansiedad es dejar de reprimir las emociones. Hay que reconectar con el niño interior que contiene ese dolor no procesado.
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