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Mitos y realidades sobre la dieta cetogénica - nutricion cetogenica
La dieta cetogénica ha ganado popularidad en los últimos años debido a sus beneficios para la pérdida de peso y el control de enfermedades metabólicas. Sin embargo, junto con su creciente fama, han surgido muchos mitos que confunden a quienes buscan implementarla. A continuación, aclaramos algunos de los mitos más comunes sobre esta dieta.
Uno de los mitos más comunes es que la dieta cetogénica no se puede mantener a largo plazo. La realidad es que muchas personas han seguido esta dieta durante años, encontrándola no solo sostenible, sino también adaptable a sus estilos de vida. Al variar las recetas y permitirse cierta flexibilidad, como el ciclo en la ingesta de carbohidratos, es posible que sea una opción viable a largo plazo para muchas personas.
Se piensa que la dieta cetogénica está centrada exclusivamente en la carne y los productos lácteos, lo cual no es del todo cierto. Existen opciones de dieta cetogénica basadas en plantas que permiten a vegetarianos y veganos seguir este estilo de alimentación. Las grasas saludables como el aguacate, los frutos secos y el aceite de coco pueden reemplazar las fuentes animales.
Existe la creencia de que el alto consumo de proteínas en la dieta cetogénica puede afectar la función renal. No obstante, estudios recientes muestran que, en personas con riñones saludables, no hay evidencia de que la dieta cetogénica cause daño renal. Sin embargo, aquellos con condiciones renales preexistentes deben consultar a un médico antes de empezar.
Contrario a lo que se cree, es completamente posible mantener un estilo de vida activo mientras se sigue una dieta cetogénica. Si bien el rendimiento puede disminuir al principio, cuando el cuerpo se está adaptando a usar grasas en lugar de carbohidratos como fuente principal de energía, muchas personas experimentan mejoras en su resistencia y energía a largo plazo.
Aunque es necesario tener cuidado con el tipo de alcohol que se consume, es un mito que no se pueda beber nada. Bebidas como el vodka, el whisky o el vino seco, que son bajas en carbohidratos, pueden consumirse con moderación sin afectar el estado de cetosis. Lo que sí se debe evitar son las bebidas mezcladas con azúcares o jugos.
Aunque muchas personas adoptan la dieta cetogénica para bajar de peso, también tiene otros beneficios. Se ha demostrado que ayuda a mejorar la sensibilidad a la insulina, controla los niveles de azúcar en sangre y puede tener efectos neuroprotectores en condiciones como la epilepsia. De hecho, esta dieta se utilizó inicialmente para tratar trastornos neurológicos en la década de 1920.
La dieta cetogénica, como cualquier enfoque alimentario, tiene sus ventajas y desventajas. Es fundamental informarse bien y, si es necesario, consultar con un profesional de la salud antes de comenzar. Al desmitificar algunas de las creencias más comunes, esperamos que más personas comprendan mejor cómo funciona esta dieta y sus beneficios potenciales.