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¿es esto acoso? 5 situaciones 'grises' en la oficina que tu equipo debe saber identificar - gestion acoso sexual empresa
El acoso laboral, también conocido como mobbing, es un problema serio que afecta a miles de trabajadores cada año. Sin embargo, a menudo, las líneas entre una simple molestia y un comportamiento abusivo se difuminan, creando lo que llamamos "situaciones grises". Identificar estas situaciones es crucial para proteger a los empleados, mantener un ambiente de trabajo saludable y evitar posibles problemas legales para la empresa. Esta guía te ayudará a reconocer 5 situaciones comunes de acoso laboral ambiguo, ofreciéndote herramientas para abordarlas de manera efectiva.
Antes de profundizar en las situaciones grises, es fundamental comprender la definición formal de acoso laboral. El acoso laboral se define como una conducta persistente y sistemática que tiene como objetivo humillar, intimidar, degradar o dañar la integridad física o psicológica de un empleado. Esta conducta puede manifestarse de diversas formas, incluyendo:
Es importante destacar que la intencionalidad y la repetición son elementos clave para diferenciar el acoso laboral de un simple conflicto interpersonal o una crítica constructiva.
En muchas oficinas, las bromas y el humor son parte del día a día. Sin embargo, cuando estas bromas se vuelven repetitivas, ofensivas o dirigidas a una persona en particular, pueden cruzar la línea del acoso. Ejemplos incluyen burlarse constantemente de la apariencia física de un compañero, hacer comentarios sobre su vida personal o realizar chistes que ridiculizan su origen étnico o religioso. Aunque puedan parecer inofensivas a primera vista, estas acciones pueden minar la autoestima y crear un ambiente hostil.
¿Qué hacer? Si eres víctima de este tipo de bromas, es importante comunicar claramente a la persona responsable que sus comentarios te incomodan y que deseas que cesen. Si la situación persiste, informa a tu superior o al departamento de recursos humanos.
Ser excluido de reuniones importantes, no ser invitado a eventos sociales de la empresa o ser ignorado en conversaciones de equipo puede ser una forma sutil de acoso laboral. Este aislamiento social puede hacer que un empleado se sienta marginado, infravalorado y desmotivado. En algunos casos, la exclusión puede ser deliberada, mientras que en otros puede ser el resultado de una dinámica grupal poco saludable.
¿Qué hacer? Intenta identificar la causa del aislamiento. ¿Se debe a un malentendido? ¿Hay alguien que está promoviendo activamente tu exclusión? Busca oportunidades para interactuar con tus compañeros de trabajo, participa activamente en las reuniones y ofrece tu ayuda en proyectos. Si el problema persiste, busca el apoyo de un mentor o de recursos humanos.
Si bien es cierto que los gerentes deben supervisar el trabajo de sus empleados, un micromanagement excesivo puede ser una forma de acoso. Esto incluye revisar cada detalle del trabajo de un empleado, exigir actualizaciones constantes, criticar su desempeño de manera injustificada e impedirle tomar decisiones de forma autónoma. Este tipo de control desmedido puede generar estrés, ansiedad y una sensación de falta de confianza en las propias capacidades.
¿Qué hacer? Habla con tu gerente y explica cómo el micromanagement está afectando tu desempeño y tu bienestar. Presenta ejemplos concretos de situaciones en las que te has sentido controlado en exceso. Propón soluciones, como establecer plazos claros y definir áreas de responsabilidad específicas.
Pedir a un empleado que realice tareas que no están relacionadas con su trabajo, especialmente si son de naturaleza personal o íntima, puede considerarse acoso laboral. Esto incluye solicitar favores como cuidar a los hijos del jefe, realizar compras personales o participar en actividades que son contrarias a las creencias personales del empleado. Estas solicitudes inapropiadas pueden crear una dinámica de poder desigual y poner al empleado en una situación incómoda.
¿Qué hacer? Es importante establecer límites claros y negarse a realizar favores que te incomoden. Explica educadamente que no te sientes cómodo realizando la tarea solicitada y ofrece una alternativa si es posible. Si la situación persiste, informa a recursos humanos.
La forma en que se comunica un mensaje puede ser tan importante como el contenido en sí mismo. Un tono agresivo, sarcástico o despectivo, incluso si no se utilizan palabras ofensivas directamente, puede ser una forma de acoso laboral. Esto incluye gritar a los empleados, hacer comentarios humillantes en público o utilizar un lenguaje corporal intimidante. Este tipo de comunicación puede generar un ambiente de miedo y ansiedad en el trabajo.
¿Qué hacer? Documenta las instancias de comunicación agresiva, incluyendo la fecha, la hora, el lugar y las palabras exactas utilizadas. Habla con la persona responsable y explícale cómo su tono de voz y su lenguaje corporal te están afectando. Si la situación persiste, busca el apoyo de recursos humanos o de un mediador.
Prevenir el acoso laboral es responsabilidad tanto de los empleadores como de los empleados. Los empleadores deben implementar políticas claras contra el acoso, capacitar a sus empleados sobre cómo identificar y denunciar el acoso, y crear un ambiente de trabajo seguro y respetuoso. Los empleados, por su parte, deben estar atentos a las señales de acoso, denunciar cualquier incidente que presencien o experimenten, y promover una cultura de respeto y colaboración.