La autorrealización: pasos para alcanzar tus metas

La autorrealización es el estado emocional más grande que puede conseguir un individuo. Las sensaciones de alegría y tranquilidad plena en muchas ocasiones provienen de las cosas que hemos logrado, que nos satisfacen y nos enorgullecen. La autorrealización por sí misma no puede ser generalizada para todas las personas, ya que este estado de bienestar es dependiente de los deseos, aspiraciones, metas y valores de cada persona.

La autorrealización es un proceso muy complejo al que debemos dedicar nuestra vida entera. Transitar hacia la autorrealización requiere tener las metas y los objetivos claros, además demanda un alto grado de autoconocimiento de nuestras emociones, valores y deseos.

En esta guía, exploraremos conceptos fundamentales relacionados con la autorrealización y las estrategias para alcanzarla.

Metas materiales

Las metas materiales son aquellas que podemos percibir a través de nuestros sentidos. Responden, por lo general, a la satisfacción financiera, la tranquilidad laboral, la felicidad y el éxito en nuestro día a día. Las metas materiales, contrario a lo que creemos, son las más fáciles de conseguir, pues suelen ser satisfechas una vez que se alcanza cierto equilibrio económico, que se traduce en libertad para actuar y satisfacer nuestros deseos.

Es importante aclarar que las metas no son inamovibles o estáticas. Una vez que se alcanzan, suelen aparecer nuevas metas, esta vez más ambiciosas. Si no tenemos metas, carecemos de propósito en nuestra vida, y por ello, continuamente nos reinventamos y surgen nuevos deseos que nos motivan a seguir trabajando. Basta con analizar el desarrollo empresarial de muchas de las grandes personalidades y empresarios del mundo, quienes, una vez que se vuelven millonarios y exitosos, no dejan de trabajar, sino que se involucran en proyectos más grandes y ambiciosos.

Metas emocionales

Emocionalmente, los objetivos pueden ser más desafiantes de lograr que los materiales. Estos se relacionan con el sentimiento de bienestar emocional y espiritual, que solo se alcanza cuando existe cierta correlación entre la vida que estamos viviendo y nuestros valores y principios. Los valores y principios de cada persona responden a su cosmovisión del mundo, lo que juzgamos como correcto o incorrecto, moral o inmoral. Podemos sentirnos bien con nuestras metas materiales, pero estar emocionalmente insatisfechos por la forma en que hemos logrado las cosas, los valores que hemos quebrantado y la inestabilidad emocional que esto nos genera.

Alinea tus metas emocionales y materiales

Dicho todo lo anterior, el camino más fácil hacia la autorrealización se encuentra en saber alinear nuestras metas emocionales y materiales. Desde que concibes la creación de un negocio, debes valorar si este negocio responde a tus valores y principios, y si los resultados que buscas alcanzar te harán sentir bien contigo mismo. Todas las grandes empresas poseen valores que las identifican, actúan en pos de la defensa de esos valores y no se apartan de una línea comercial que se identifique con aquello que defienden.

Emprender es resolver un problema del mercado, y si solucionar ese problema es algo que te hará sentir mejor contigo mismo, estarás más cerca de lograr ambos objetivos: ser una persona financieramente estable, con tus metas materiales satisfechas, y al mismo tiempo cumplir con tus metas emocionales.

Consideramos que las metas emocionales pueden ser más importantes que las materiales. La satisfacción más grande que puede sentir un ser humano es estar identificado con sus actos y valores. Cuando traicionamos nuestros principios, los éxitos se ven empañados porque sabemos que, de alguna manera, nos hemos traicionado a nosotros mismos para satisfacer nuestras ambiciones materiales. Esto no significa que las metas materiales no sean importantes, solo que deben responder a tu sistema de creencias y a la moral que defiendes.