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Liderazgo en el ámbito empresarial - coaching liderazgo
Un líder es un agente de cambio, definido por su capacidad de trabajo, conocimiento y habilidad para resolver problemas. Un cargo no implica automáticamente liderazgo.
Un líder orienta a su equipo, los inspira, desafía y motiva para alcanzar metas comunes. Crea condiciones para que cada miembro del equipo logre un alto desempeño. Aunque no tenga todas las respuestas, su pensamiento estratégico le permite encontrar las mejores soluciones.
Algunos rasgos de liderazgo pueden ser innatos, pero aun así, un líder necesita perfeccionar sus habilidades y estar en un entorno que reconozca sus dotes. Afortunadamente, desarrollar habilidades de liderazgo está al alcance de todos, siempre que dediquen tiempo y esfuerzo. Se trata de descubrir y potenciar esos rasgos que te permitirán encontrar tu propio estilo de liderazgo.
La autoridad formal proviene del cargo o función desempeñada. Se impone y es externa, otorgada por el negocio para cumplir objetivos y mantener el orden. Es necesaria para garantizar la productividad. Una autoridad responde a problemas conocidos.
El liderazgo, en cambio, tiene una autoridad personal, inspirando respeto y admiración. El poder del líder es informal, otorgado por las personas debido a sus cualidades, capacidad de pensar de manera innovadora y sus valores. Un líder no necesariamente ocupa un cargo formal, pero su influencia es reconocida.
La autoridad formal puede incluir o no liderazgo, y viceversa. Las empresas invierten mucho en desarrollar habilidades de liderazgo en personas con cargos importantes. Los líderes son clave para generar cambios en las acciones y el pensamiento, lo que mejora el rendimiento de los equipos.
La capacidad de resolver retos y la influencia en los demás para trabajar en conjunto es la prueba definitiva de si una autoridad formal también es un líder. Debe salir de su zona de confort y afrontar nuevos desafíos.
El poder no solo implica la capacidad de hacer algo, sino también de influir en las decisiones de los demás. El poder del líder debe usarse sabiamente si quiere ser eficaz a largo plazo.
El poder puede ser legítimo, represivo, transformador o proactivo. Puede ser otorgado por la autoridad, la experiencia, el conocimiento o el nivel de influencia. Se usa para recompensar o castigar.
A los líderes se les asocia más con su nivel de influencia que con su poder, aunque ambos están conectados. La influencia se concede voluntariamente, a través de la persuasión, y se sostiene en el tiempo. Un buen líder debe equilibrar su poder e influencia, especialmente si combina autoridad personal con un cargo formal.
Ser tu propio jefe, conseguir un ascenso o llevar a cabo un proyecto soñado significa que tendrás que relacionarte con otros. Tendrás personas a tu cargo, lo que te otorga autoridad y responsabilidad. A la hora de ejercer liderazgo, es natural preguntarse cómo lograr influencia en los demás.
¿Qué pasa si no te sientes cómodo en ese rol? Quizás prefieras estar en segundo plano o pienses que no tienes lo necesario para ser un líder. Sin embargo, los líderes no son todos iguales. Debes identificar tus fortalezas, reconocer cuándo has actuado como líder en el pasado y reflexionar sobre esas experiencias.
Las habilidades de liderazgo pueden aprenderse. Si no tienes experiencia, empieza tomando roles activos en entornos familiares y evalúa cómo te va. A medida que interiorices el liderazgo, te conectarás mejor con los demás y cambiarán su percepción de ti.
Entre los rasgos naturales de los líderes destacan:
Además de los rasgos innatos, hay habilidades que un buen líder puede aprender: