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¿que debe saber un padre con hijo autista? - autismo
Brindar atención a un hijo con Trastorno del Espectro Autista [TEA] puede suponer retos singulares, pero con la información y el respaldo apropiados, los progenitores pueden ofrecer un ambiente enriquecedor y propicio para su crecimiento. A continuación, se proporcionan algunas sugerencias fundamentales:
Entender qué representa el TEA es esencial. Es importante conocer las características del autismo para que los padres puedan identificar comportamientos y necesidades particulares, lo que facilitará una respuesta más eficaz a las circunstancias diarias.
Los niños con autismo generalmente se benefician de ambientes organizados. Preservar horarios estables para actividades cotidianas, tales como alimentos, juegos y momentos de descanso, puede brindarles seguridad y disminuir la ansiedad. Además, prever cualquier modificación en la rutina les facilita una mejor adaptación a nuevas circunstancias.
Cada niño con Trastorno del Espectro Autista tiene su propio método de comunicación. Algunos son verbales, en cambio, otros emplean técnicas no verbales. Es fundamental identificar y aprender las señales particulares de cada niño para promover la interacción y entendimiento recíproco.
Es fundamental brindar oportunidades para que el niño se relacione con sus compañeros. La organización de encuentros lúdicos o actividades colectivas en ambientes controlados puede contribuir al desarrollo de habilidades sociales y promover lazos de amistad.
Tener la guía de expertos en autismo, como terapeutas ocupacionales, psicólogos o logopedas, puede ser muy beneficioso. Estos especialistas pueden proporcionar tácticas a medida para enfrentar retos particulares y fomentar el crecimiento del niño.
Es imprescindible que los progenitores también se protejan a sí mismos. Fomentar el respaldo emocional, involucrarse en grupos de progenitores o invertir tiempo en actividades individuales puede evitar el desgaste y preservar un balance sano en la vida de la familia.
Identificar y festejar cada progreso, aunque sea mínimo, fortalece positivamente al niño y incentiva a la familia a seguir colaborando en equipo.