Como vimos en la presentación anterior la tarea del decorador de interiores consiste en ayudar a las personas a encontrar bienestar, belleza y armonía en los sitios que habita. Para lograrlo deben empeñarse en descubrir  los sueños, aspiraciones y gustos de los clientes; además, estudiar bien las variables de funcionalidad, elementos estéticos, espacios con que cuentan y recursos económicos. Y una vez sopesados todos esos elementos, ofrecer al cliente un conjunto de ideas que les resulten atractivas.