Análisis de Caso 1: La instalación del dominio

El inicio condicionado y el cambio abrupto

Para ilustrar la fase de "dominio", analizaremos la dinámica de una pareja ficticia basada en el caso clínico real, a quienes llamaremos Napoleón (agresor) y Josefina (víctima).

La relación comienza bajo una premisa de rescate y celos: Napoleón insta a Josefina a dejar una relación anterior insatisfactoria, prometiéndole matrimonio e hijos.

Sin embargo, en el momento en que ella accede y comienza la convivencia, el comportamiento de él sufre una metamorfosis radical.

De ser un pretendiente apasionado, pasa a mostrarse distante, indiferente y frío, reservando la ternura exclusivamente para los momentos en que desea sexo.

Cuando Josefina, confundida por este cambio, intenta pedir explicaciones, Napoleón niega rotundamente que algo haya cambiado.

Esta negación de la realidad (Gaslighting) obliga a la víctima a esforzarse artificialmente por mostrarse alegre para "recuperar" al hombre que conoció, perdiendo en el proceso su espontaneidad natural y sumiéndose en una depresión que él, irónicamente, utiliza para justificar su lejanía.

La negación de la realidad y la apropiación intelectual

En el ámbito profesional, ambos comparten ocupación, aunque Josefina posee mayor experiencia.

Napoleón solicita sus consejos habitualmente, pero rechaza cualquier crítica constructiva con frases como "no sé de qué me hablas" o "estoy harto".

Se apropia de las ideas brillantes de ella presentándolas como suyas, negándole cualquier reconocimiento o gratitud.

Si comete un error, jamás asume la responsabilidad; culpa a terceros, como su secretaria, y Josefina, para evitar conflictos, finge creerle.

Además, Napoleón miente patológicamente sobre su agenda y tiempo libre para mantener el control y generar incertidumbre.

Llega a dejar pistas falsas, como billetes de tren que contradicen sus historias de viajes de negocios, con el único fin de desestabilizar mentalmente a su pareja y mantenerla en un estado de duda permanente.

Humillación pública y control económico/estético

El desprecio se hace patente en situaciones sociales y domésticas. En eventos públicos, Napoleón actúa como si no conociera a Josefina, negándole el saludo o dejándola sola, justificándose luego con excusas vagas sobre estar "muy ocupado".

En la intimidad, ejerce un control estricto sobre la imagen y la economía de ella. A pesar de que Josefina es independiente financieramente, él critica sus gastos y la trata como a una niña, obligándola a guardar sus pertenencias de cierta manera.

Se burla abiertamente de sus productos de cuidado personal ("potingues"), cuestionando por qué necesita usarlos.

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